Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo en estos días sobre Juan Martín Hernández y una carrera en la que brilló por lo que hizo dentro del campo de juego y por lo que resultó fuera del mismo. Frankie Deges repasa algunos aspectos poco conocidos de su vida.
Quedarán grabados a fuego los datos de sus 74 test matches con la camiseta de Los Pumas o los clubes en los que jugó, la cantidad de puntos que anotó y mucha más información que ayudará a darle forma a quien fue, sin dudas, uno de los mejores de su generación y un Puma que se incluirá en cualquier autóctono XV histórico.
Juani nació el 7 de agosto de 1982 en Buenos Aires, el tercero y menor de los hijos de Miguel y Silvia. Los Hernández se mudaron a Córdoba en 1986 durante dos años y el padre, recordado apertura de Deportivo Francesa, llevó a la familia a Tala.
Ese corto paso por la Docta fue luego seguido del regreso al club en el que los hermanos Nicolás y Juani crecieron en el rugby. Maripi, que años después sería tres veces medallista olímpica y campeona del mundo con Las Leones, jugó al hockey para Buenos Aires CRC.
Preparación mata talento
Su talento se hizo evidente de chico, pero con un padre profesor de educación física que aprendió mucho del deporte profesional a través de su hermano futbolista Patricio (Estudiantes de La Plata, Torino, River Plate, Cruz Azul, Argentinos Juniors y la selección nacional), ayudó a esa capacidad innata con el debido descanso, alimentación y cuidado volcado a su pasión por el rugby, lecciones hogareñas que lo acompañan al día de hoy.
Cuando Patricio era entrenador de Estudiantes hacia fines de los años 90, Juani solía visitarlo en el Country junto a su primo Pato – eventualmente futbolista profesional – y allí ayudaba en los entrenamientos. Muchos quisieron que se dedicara al fútbol pero el rugby ganó, por suerte, esa batalla.
A los 17 años debutó en la Primera de la Depo frente a DAOM, partido que ganaron por escaso margen. El único try de su equipo lo apoyó el debutante que ya mostraba que era un jugador destinado a tener un gran futuro. Su hermano pudo jugar con él algunos partidos que son un gran recuerdo para ambos.
Sin las redes que hoy tiene el rugby argentino para detectar a sus cracks, era imposible que se les escapara Juani, que llegó a su primer seleccionado juvenil para el Mundial Junior M19 en Montceau, Francia en el 2000. Aquel equipo que terminó en séptimo lugar (venció a Italia, Irlanda y Escocia, pero cayó ante Nueva Zelanda) tenía otros tres futuros mundialistas en el equipo: el Toro Ayerza, Pato Albacete y Martín Castrogiovanni, que abuela mediante, se mudó al rugby italiano dos temporadas más tarde, integraban ese plantel.
Rebote profesional
En enero del 2001 llegó a Londres con un par de bolsos y todas las ilusiones de sumarse al Leicester Tigers. El club le había mandado el pasaje y un precontrato pero por una cuestión de tiempos optó por hacer los trámites migratorios cuando Juani estuviera en el país.
Sólo tenía que entrar como turista y no decir la verdadera razón de su viaje. Viajó, de casualidad, con Manuel Contepomi que iba a visitar a Felipe, y el mellizo pasó rápidamente el visado de pasaporte, pero a Juani lo complicaron con las preguntas y rápidamente se dieron cuenta de que llegaba para quedarse.
Lo dejaron entrar al país, pero solamente por dos semanas y su ilusión de jugar en los Tigers, y el recurrente sueño del club inglés de contar con él, se esfumaron por una cuestión de permisos. Varias veces más lo buscaron, pero nunca se pudo concretar.
Capitán Pumita
Unos meses más tarde, Juani fue por única vez capitán de un seleccionado nacional, en el Mundial M19 en Chile. Por primera vez jugó con Leguizamón y aquel equipo derrotó a Japón y a Uruguay en el arranque y cierre, cayendo frente a Australia y Sudáfrica en el medio.
Joven prodigio, pasó enseguida al M21 que ese año jugó en Sydney el entonces llamado SANZAR/UAR Southern Hemisphere Tournament con un equipo que terminó octavo de ocho equipos, cayendo con Nueva Zelanda, frente a Irlanda por tres y ante a Inglaterra en la primera fase, cerrando con derrota ante Samoa por 32 a 24.
En ese viaje trabajó por primera vez con un joven Daniel Hourcade, uno de los entrenadores de aquel equipo que proyectó a los ya encaminados Albacete y Castrogiovanni, junto a Lucas Borges, el Ruso Avramovic, Fede Martín Aramburu y el salteño Lucio López Fleming.
Si bien tenía carretel para seguir jugando en juveniles – le quedaba un año de M19 y dos de M21 – el rugby de adultos ya lo esperaba y en enero del 2002 debutó para Los Pumas 7s en un Seven de Chile de efímero paso por el circuito mundial.
El Juani paraguayo
Más allá de su nivel en ese primer torneo, al regresar al equipo Felipe Contepomi, Nani Corleto y Agustín Pichot – con permisos especiales de sus clubes – para el torneo de Mar del Plata, lo relegaron al pool de reservas junto a López Fleming.
Gran negocio hicieron los paraguayos en el Mundialista ya que ante un par de lesiones incorporaron al dúo de argentinos y así ganaron su único trofeo internacional de seven al terminar campeones del bronce. En épocas sin redes sociales, muchos se sorprendieron del nivel de los dos paraguayos que hacían todo en ese equipo.
El siguiente torneo fue en Brisbane y hacia allí viajó Hernández en un viaje que resultó nefasto. Ingresando desde el banco en el primer partido frente a China, y sin tocar siquiera el balón, su cuerpo fue para un lado y la rodilla quedó firme. La rotura de ligamentos cruzados sería en la rodilla que muchos años después forzaría el cierre de su ilustre carrera.
El Tano Loffreda lo esperó en la larga recuperación y con tan solo unos pocos minutos de rugby en la Depo – más que nada para probar la recuperación – se calzó finalmente la camiseta de Los Pumas por primera vez el 12 de noviembre de 2002, frente a Italia A. Apoyó un try en el 45 a 9 frente a Italia, partido en el que jugó de centro con el Negro Gaitán, que capitaneó Nico Fernández Miranda y en el que también jugó Mario Ledesma. Compañeros de miles de batallas, luego fueron sus últimos entrenadores en Jaguares.
Su primer test fue unos meses más tarde, el 27 de abril de 2003 frente a Paraguay en el Estadio Franzini, a pasos del Río de la Plata, en Montevideo. Aquella tarde José Núñez Piossek apoyó nueve tries, pero Juani apoyó uno y convirtió dos de los 24 tries que marcaron Los Pumas en el 144 a 0 a un equipo que tenía varios ex compañeros de Juani.
Tries a Francia y a Sudáfrica en la preparación al Mundial 2003, su primero de tres y la firma de su primer contrato para sumarse al Stade Français tras la eliminación en Australia completaron ese 2003.
El resto de la historia es por todos conocida.
Por: Frankie Deges
Foto: Gentileza Frankie Deges
www.aplenorugby.com.ar
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