Les Cusworth dio una gran noticia para el futuro del rugby argentino: Fui contratado por la UAR para desarrollar un Programa de Alto Rendimiento.
El inglés Les Cusworth se sometió al grabador de Rugby Fun y dio una gran noticia para el futuro del rugby argentino: Fui contratado por la UAR para desarrollar un Programa de Alto Rendimiento que incluye cuatro centros de entrenamiento en Buenos Aires, Tucumán, Córdoba y Mendoza. Imperdible.
Cuando su nombre salta en una conversación de rugby, son muchos los que desconocen su cercano vínculo con la Unión Argentina de Rugby y con Los Pumas en la última década. Para los que están cortos de memoria, este inglés, que fue figura en el Leicester y fue apertura titular de la Rosa en 12 ocasiones, es un enamorado de la Argentina.
Si bien su lugar con la 10 fue limitado por la aparición de dos nenes: nada menos que Rob Andrew y Stuart Barnes. Se las ingenió para sobresalir en el juego reducido. Una muestra fue el galardón recibido en el tradicional torneo de Hong Kong. Fue el mejor jugador del año 1984.
Tras retirarse de las canchas, se dedicó a formarse como entrenador. Fue coach de Inglaterra A en 1993 y luego asistente del primer equipo durante varios años. Ganó el Grand Slam de 1995 y alcanzó las semifinales en la RWC de Sudáfrica. Además, fue entrenador del equipo campeón de Sevens en el primer mundial de la especialidad en Escocia en 1993.
Colaboró con Los Pumas por primera vez en su visita a Twickenham en 1996. Luego de varias clínicas en Europa, sirvió como consultor de Marcelo Loffreda en la exitosa gira por Gales y Escocia en 2001. Desde entonces, y teniendo en cuenta que su esposa y su hija Helena son argentinas, su afecto creció y echó raíces en las pampas criollas.
Pero, ¿por qué decimos que Les Cusworth representa el futuro de nuestro rugby? La respuesta, con sus propias palabras, es una gran noticia.
Fui contratado por la UAR para poner a funcionar un Programa de Alto Rendimiento en cuatro provincias argentinas. Se llevará a cabo en Buenos Aires, Tucumán, Córdoba y Mendoza. El objetivo de este proyecto es acercar a los jugadores de los clubes y de los seleccionados provinciales a un nivel casi profesional. La distancia física y técnica de los rugbiers argentinos con los europeos es muy grande. Nuestra meta es acortarla y proveerle a los elegidos todas las comodidades tecnológicas para mejorar.
Este tipo de programas no son cosa nueva en el mundo del rugby. Con la creación de torneos como el Pacific 5 Nations, la IRB impulsó la apertura de flamantes centros en Samoa, Fiji, Tonga, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Todos están hechos a imagen y semejanza de los que ya funcionan exitosamente en Europa.
La UAR estudió este proyecto cuidadosamente para no cometer los mismos errores que otras uniones. Será una ayuda enorme para elevar el nivel de todo el rugby argentino. No sólo trabajaremos con jugadores de los clubes, también lo haremos en las categorías juveniles, formaremos entrenadores e incluso árbitros. El Programa de Alto Rendimiento involucra todos los estratos del rugby. La UAR realizó una valiosa inversión en tecnología que servirá para analizar mejor los partidos. Se necesitará gente que soporte todo este proyecto en todos los niveles.
Cusworth se explaya para explicar que el objetivo es mejorar el nivel de todo el rugby argentino. Se proveerá asistencia técnica, física, alimenticia y educacional. Es importante encontrar un balance en todo. No se puede jugar al rugby y dejar de lado la formación estudiantil y profesional.
La gente se asusta de las palabras elite y alta performance. Pero yo tengo un gran respeto y admiración por el rugby amateur de los clubes y esta será una herramienta para ayudarlos, no para perjudicarlos. Se trabajará en conjunto con los equipos y afectará todos los niveles, desde los más chicos, hasta los más grandes.
Estos centros no se construirán desde cero. La Unión Argentina de Rugby buscará instalaciones que ya estén funcionando y se trabajará para acondicionar los recursos existentes. Tendremos gimnasios de alta complejidad y calidad, lugar para realizar concentraciones con las comodidades necesarias y las herramientas tecnológicas adecuadas para mejorar el nivel de los rugbiers. La idea es que sea el próximo escalón hacia un nivel internacional, declara Les.
Desde las oficinas de Rivadavía 1227 hace rato que se predica que el rugby argentino no sólo pasa por Los Pumas, sino que también hay que mantener la estructura que soporta al seleccionado. Esa estructura, ¿está lista para esta mejora?
Yo era entrenador de Inglaterra en 1995, cuando se hizo el cambio del rugby amateur al profesional. Los problemas que afronta ahora Argentina, los sufrió mi país hace 12 años. En ese entonces, cuando se implementaron los Centros de Alto Rendimiento nos dimos cuenta que la mejor ayuda eran los ojos de nuestros entrenadores. La UAR estudió este camino y también se formarán coaches y árbitros que estén a la altura de esta nueva etapa. El beneficio que tenemos aquí es que aprendimos de otras uniones y esperamos al momento indicado. El mayor capital del rugby argentino es su base amateur. Eso es algo que no se perderá, como pasó en otros países. Se trabajará para proteger el vínculo que tienen los chicos con los clubes y para que perdure toda la vida.
¿Cómo hará la UAR para dar el siguiente paso hacia un rugby de alto rendimiento sin dañar el espíritu amateur del juego en la Argentina?
Este programa reforzará la relación con los clubes y le permitirá a jóvenes de 17 a 20 años prepararse mental, física y técnicamente para afrontar un rugby más competitivo, pero sin descuidar el resto de su vida. El balance entre los jugadores de elite y el rugby amateur es muy difícil. En Inglaterra se dice que el rugby de elite está matando las raíces del juego. Pero el Programa de Alto Rendimiento es muy diferente. Se implementará en conjunto con cada club y cada provincia. No se sacará a los jugadores de sus equipos, se los acompañará en su preparación.
¿Habrá una ayuda económica para los convocados al Programa de Alto Rendimiento?
No es mi decisión. Sí se que se necesitará una estructura para que los jugadores puedan concentrarse unas seis o siete veces al año por un periodo de tres o cuatro días. Para eso se necesitan instalaciones adecuadas, alimentación y compensación para algunos gastos. Eso estará disponible.
Cusworth explica que el objetivo de la UAR es que los cuatro Centros de Alto Rendimiento estén funcionando a comienzos de 2007. Una de las prioridades será trabajar con vistas al Mundial M19 del año próximo en Belfast, Irlanda. Si trabajamos bien, en cuatro años pretendemos que Los Pumitas -ya sea M19 o M21- alcancen las semifinales de la Copa del Mundo, cuenta.
¿Cuál será su participación en la preparación de Los Pumas con vistas a la RWC 2007 de Francia?
Ya hace cinco años que trabajo con Marcelo Loffreda. Hay pocas cosas más que puedo agregarle a la gran labor que se está haciendo. Como decimos en Inglaterra, ese libro ya está escrito. Los Pumas tendrán rivales muy duros. Irlanda es uno de los países que más mejoraron en los últimos años. Pero nada es imposible. Yo lo dije cuando enfrentamos a los British Lions y nos robaron el triunfo de las manos sobre la hora con el penal de Jonny Wilkinson. Ya se demostró que a Francia se le puede ganar en los últimos partidos.
Cusworth, como amante del rugby argentino, no pudo resistir la tentación de darse una vuelta por Newman el sábado pasado. El nivel fue muy bueno. Me gustó mucho como se desempeñaron Federico Serra, Juan Ignacio Gauthier y Jaime Arocena. Cuando jugaba como apertura me gustaba correr con la pelota en vez de patear. El sábado se vio ese juego. Fue excitante ver cómo planteó el partido Hindú.
Como apertura, ¿a quién elegiría en su equipo?
Daniel Carter es el número uno del mundo a
ctualmente. Aunque Felipe Contepomi no está para nada lejos. Ahora Los Pumas también cuentan con Todeschini, que es un gran pateador. Es una lástima que Wilkinson no esté en condiciones físicas, fue el mejor en su momento.
¿Por qué eligió la Argentina y no otro país, como Inglaterra?
Mi corazón está aquí. Este es un país con mucha pasión. Lo que muestran Los Pumas en la cancha y lo que se ve en cualquier partido de rugby es excepcional. Es un sentimiento que ya no está en otros lugares. Además, después de colaborar con el seleccionado por cinco años, conocí de cerca la verdadera garra Puma y se con cuánta entrega y corazón se juega al rugby aquí. Para mí es un honor estar asociado con ellos, es un privilegio tener este puesto. En los 42 años que llevo ligado a este deporte pocas veces vi algo tan increíble, cuenta Cusworth, al tiempo que agrega que es un orgulloso vecino de José Pekerman en Hurlingham.
Por Agustín Noriega (Rugbyfun.com.ar)