Santiago Phelan sorprendió con la convocatoria de Pablo Matera y Matías Díaz, que, como Contepomi, Roncero o Corleto en su momento, saltaron directamente de los Pumitas a Los Pumas.
Se tendrán que acostumbrar madres y novias que el rugby moderno es así. Las madres de Pablo Matera y Matías Díaz despidieron a sus jóvenes hijos que viajaban a Francia a jugar el Mundial Juvenil con Los Pumitas hace casi un mes.
Con distintas realidades de vida, diametralmente opuestas se podría decir, ambos jugadores recibieron mientras armaban sus bolsos para el regreso al país, la novedad de que Santiago Phelan los convocaba para viajar a los Estados Unidos para preparase para el Rugby Championship. Llegan al país el martes y viajan a Pensacola el miércoles.
Desde hace un tiempo que estos dos nombres, el del apertura Patricio Fernández, el segunda línea Tomás Lavanini, el octavo Facundo Isa o el fullback Santiago Cordero entre otros, se vienen escuchando en el ambiente del rugby. Son nombres del futuro que podrían haber sido considerados para la serie de test-matches de junio pero se le dio prioridad al cierre de sus carreras como juveniles. Un poco como lo que pasó hace varios años ya con otra camada brillante, la de los mellizos Felipe y Manuel Contepomi, Nani Corleto, el Turco Allub, Rorro Roncero, el Negro Gaitán o Martín Durand, todos Menores de 21 años en el ’97 y/o ’98.
Díaz es mendocino y el rugby le abre una gran oportunidad de vida. De orígenes muy humildes, su madre ha sido el gran sostén en estos últimos cuatro años después del fallecimiento de su padre. El futuro es promisorio desde lo deportivo pero también de lo económico para Matías y su familia. Si bien el rugby no le permite a nadie “salvarse” como en el fútbol, las oportunidades surgirán para que el pilar de Teqüé ayude a su familia y dependerá de él como las maneje. Desde la UAR han trabajado con él para que esté listo técnicamente, pero también lo han ayudado mucho desde la contención.
El caso de Matera es distinto. El año pasado lo entrevisté como gran promesa del rugby argentino y me llamó la atención lo poco ovalado que era. Al volver del Mundial Juvenil de Sudáfrica, donde tuvo un rol destacado, subió al Plantel Superior de Alumni. Eso le cortó el fútbol de los sábados con amigos del country donde vive con su madre y familia; me dio la sensación que prefería seguir jugando al fútbol los sábados y los domingos para la M19. Al igual que Díaz, su padre falleció hace unos años. No era jugador de rugby, deporte ajeno a la familia hasta que Pablo comenzó a jugar. “Se fue fanatizando con el juego,” me comentaba alguien que trabaja con él habitualmente en los Planes de Alto Rendimiento. Le gusta jugar, no le gusta mirar partidos de rugby, pero tiene una capacidad para este deporte que lo convierte en crack en potencia.
Estar entre los mejores será un rápido aprendizaje personal para ambos. Dos errores infantiles de Díaz fueron importantes en la derrota Pumita del domingo contra Francia (ver a partir de 5’30”). La vehemencia de Matera hace que muchas veces se pase de rosca y le cobren penales fácilmente evitables. Acumula también tarjetas amarillas. Aprenderán rápidamente y eso es lo bueno; tienen ganas y motivación.
El futuro de ellos y de su camada de jugadores es el del rugby argentino. El mix de la ventana de junio no funcionó como se preveía. Las razones pueden ser múltiples, pero una de las cosas que no estuvo presente en el primer test fue la motivación y eso marcó la serie que sería. Se perdió jugando mal en Salta, se perdió jugando un poco mejor en Buenos Aires y se ganó no jugando bien en San Juan. Jugar bien y perder es aceptable, poco de lo visto en junio generó críticas múltiples.
La forma en que se completó la lista marca que no aparecieron los jugadores que se esperaban. Matera fue preferido por sobre Rodrigo Báez, uno que a mí particularmente me gustó en junio, y Tomás de la Vega, quien todavía no logró consolidarse después de tres temporadas en el alto nivel. Habrá que ver si Tomás Leonardi cuando termine el Súper Rugby vuelve al seleccionado después de un junio sin gran brillo. En la primera línea no hay tantas alternativas para el puesto clave de pilar derecho mirando hacia el futuro.
Díaz hoy no está para formar contra el gigante Springbok Jannie du Plessis o Tony Woodcock en los All Blacks como tampoco está Matera para ganarle el breakdown a Richie McCaw o el veterano George Smith, llamado de urgencia a los Wallabies. Unos minutos en cada partido seguramente los vayan moldeando. Pero el tiempo será clave y junto a varios de sus compañeros Pumitas en el 2012 y 2013 podrán ser parte de una renovación profunda que comenzará en poco tiempo o después del Mundial 2015.
El regreso al grupo de elite de Felipe Contepomi y Gonzalo Tiesi tiene un condimento especial, ya que ambos fueron parte importante del proceso que llevó a Los Pumas al Rugby Championship. Acá no hay cuestiones sentimentales, ya que el ex capitán mostró su orgullo Puma en la serie contra Inglaterra y mostró que tiene lo suficiente para una última cruzada. Tiesi, que debutó como capitán, algo que nadie hubiera imaginado por su perfil, lucha contra su tozudez y las lesiones que le ocasionan. Es tan frontal en su juego que se golpea mucho – de hecho, llega muy dolorido a Pensacola. Contra los tres del Hemisferio Sur deberá ser mas inteligente en su juego o arriesgar más magullones de los que son soportables. Tiene, eso sí, una personalidad que le permitirá pararse frente a los tres mejores equipos del mundo y que no le tiemblen las piernas.
La convocatoria de Benjamín Macome llega gracias a su producción en los partidos de junio, más allá del bajo nivel general. Ese examen lo pasó, pero ahora viene la parte complicada ya que el escalón que hay que subir es mucho más difícil. Tendrá un plantel mucho más sólido en el juego y la personalidad que el de junio para crecer.
Las convocatorias de Tomás Cubelli y Martín Landajo no sorprenden – para el torneo se sumará Nicolás Vergallo que habrá terminado el Súper Rugby. Habrá que ver si éste es el último Rugby Championship del Flaco Julio Farías. No anduvo en el nivel que mostró con Los Pumas en sus primeras tres temporadas 2010-11-12, pero su experiencia lo avala. Lo mismo con Galarza, que lleva varios años ya en el sistema.
Díaz y Matera son los más nuevos, la apuesta grande del rugby argentino. Tan distintos como parecidos. Son los primeros de una generación que ojalá sea tan buena como aquella a la que hacíamos referencia más arriba. Ojalá Felipe Contepomi, como referente de aquel brillante grupo, pueda pasarles el bastón.
Por Frankie Deges – aplenorugby – Producción RUGBYDECUYO
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