Ante una multitud, Argentina superó a Irlanda 22 a 20. Fue una victoria importante de cara al Mundial, donde ambos equipos volverán a enfrentarse. No había casi tiempo para dar vuelta otro partido cerrado frente a Irlanda. Y además se había perdido un line propio en terreno rival. Pero la pelota volvió a manos argentinas y, para suerte de Los Pumas, a las de Felipe Contepomi. Un poco más allá del mediocampo el capitán tomó, en apenas un instante, la decisión que cambiaría el rumbo del partido: tirar un drop para dar vuelta ese 20-19 en contra que ya se consumía. Y desde su pie derecho partió la pelota, que ante la expectativa de 25 mil personas se fue tranformando en el triunfo celeste y blanco. Esa anotación en el minuto 40 le dio el triunfo al equipo conducido por Marcelo Loffreda por 22 a 20 y una alegría enorme al rugby argentino en el primer test match jugado por el seleccionado en Santa Fe.
Pero antes de semejante emoción, habían pasado 79 minutos con fricción, lucha y no demasiadas oportunidades para los dos equipos. Aunque vale destacar, como se anticipó, que la mayoría de los 30 jugadores que estuvieron en el césped de Colón se jugaban cosas importantes de cara a su participación en el Mundial de Francia.
Argentina no comenzó bien porque Irlanda tuvo el control del juego en los primeros 15 minutos y allí aprovechó sus oportunidades. La presión trajo sus frutos para el equipo que conduce Eddie O’Sullivan. Primero porque metió un penal con la patada de Wallace hasta que se retiró lesionado en el segundo tiempo fue uno de los más parejos de su equipo y luego cuando el wing Brian Carney interceptó un pase de Contepomi, lo tradujo en try debajo de los palos y el mismo Wallace convirtió.
Salvo esa desatención, la actuación defensiva de Los Pumas, con sólo seis prácticas encima, no desentonó. Pero no tuvo peso ofensivo y no tuvo buena circulación de pelota a la salida de los rucks. En ese primer tiempo, apenas una genialidad de Contepomi engañó con un kick a todos y se fue sólo provocó problemas a los irlandeses. Es más, el capitán argentino dejó la pelota adentro en cinco ocasiones y no creó volumen de juego. A favor del 10 de Leinster fueron los penales que acertó y que acortaron distancias de 10-0 a 10-6.
En el segundo tiempo creció Bouza en el line, Contepomi fue más regular e incluso anotó otro penal para acercarse. Pero el maul irlandés se llevó todo por delante a los 12 minutos, empujó a Los Pumas 20 metros y llegó el try penal. Sólidos y ordenados, los visitantes ya estaban 17-9. Pero aún faltaba lo mejor.
La garra Puma apareció. Contepomi no falló otro penal y de su inteligencia nació el único try argentino de la tarde (también la única gran jugada en ataque) con un pase al debutante De Vedia que dejó solo a Hernán Senillosa, quien terminó con una palomita debajo del ingoal. Mientras el delirio gobernaba, Los Pumas cometieron una nueva infracción y el fullback Gavin Duffy adelantó a Irlanda 20-19.
Luego llegó el drop de Contepomi que festejó como un gol señalando a todo el público. Al partido le quedaba una tapada con el alma de Stortoni ante el intento de drop de Duffy. Y el final con Los Pumas abrazados en el suelo. Habían vuelto a escribir una página victoriosa en su historial. Aunque agónica, por cierto.