Cuando la sirena final con la goleada de los All Blacks sobre Los Pumas sonó en el estadio McDonald Jones de Newcastle el sábado por la noche, el destino de los Wallabies en el Tri Nations estaba casi confirmado.
Salvo una victoria milagrosa de 101 puntos sobre Los Pumas este fin de semana, la victoria de los All Blacks por 38-0 los verá casi con certeza quedarse con el título. En cambio, los anfitriones del torneo tendrán que esperar al menos un año más para ganar su primer gran trofeo desde 2015. Pero eso no significa que no haya nada en juego este fin de semana.
Si bien parece un cliché deportivo decir que el orgullo estará en juego para los Wallabies, y aunque eso es cierto, también buscarán revertir una historia no deseada.
Los Wallabies con Cheika como entrenador llegaron a una final de la Copa del Mundo en 2015, un año después de ganar uno de cuatro partidos durante los test internacionales de la ventana de noviembre.
Pero después del sorprendente resultado en la Copa del Mundo, que culminó con una tasa de victorias del 83 por ciento ese año, comenzaron a aparecer grietas. Los Wallabies ganaron solo el 45 por ciento de sus partidos desde 2016 hasta el final de la Copa del Mundo en Japón. Eso no fue lo suficientemente bueno para quienes conocen la historia del seleccionado del canguro.
En 2016, establecieron el récord de más derrotas en un año calendario con nueve, y se convirtieron en el primer equipo australiano en conceder más de 400 puntos.
A falta de dirección y desempeño, Michael Cheika dejó su puesto, con la esperanza de que alguien más pudiera conducir a los Wallabies hacia un futuro mejor. Luego llegó Dave Rennie quien fue nombrado como el nuevo entrenador de los Wallabies a principios de este año, convocando a 16 jugadores sin caps a su primer equipo para marcar el comienzo de la próxima generación de talentos emergentes.
Pero desde que asumió el cargo, y después de una prometedora temporada de Super Rugby AU, la selección nacional ha dado un paso atrás en términos de su récord de victorias.
Los Wallabies han logrado ganar solo uno de los cinco partidos de este año, números que son verdaderamente sorprendentes que no van de la mano con la historia en un año históricamente pobre.
Siendo un equipo joven e inexperto que ha presentado a 10 debutantes este año, era de esperarse que los resultados no siempre llegaran de inmediato. Ha habido algunas actuaciones destacadas tanto del equipo como de ciertos jugadores, lo que sin duda es positivo como equipo de cara al próximo Mundial.
Pero una derrota este fin de semana los vería terminar con el peor porcentaje de victorias de cualquier equipo de Wallabies en la era profesional, con la peor calificación anual desde 1974. Ese año, no ganaron un partido en cinco test disputados.
Empatar dos partidos también ha perjudicado a los Wallabies, después de haberlo hecho frente a los All Blacks en Wellington y Pumas en Newcastle.
A pesar de que han tenido una temporada internacional más corta, en términos porcentuales, el equipo de 2020 incluso se ubicaría por debajo del equipo de 2005 que perdió siete encuentros en fila, terminando la racha con una victoria sobre Irlanda.
Dicho esto, los anfitriones llegan al último partido de las Tri Nations en el Bankwest Stadium de Western Sydney como favoritos. Si ganan, su récord aumentaría a dos victorias de seis, que es una tasa de triunfos del 33,33 por ciento.
Si eso sucediera, ni siquiera se clasificarían como el peor equipo en los últimos 10 años, siendo ese el seleccionado de 2018 cayó a un récord de cuatro de 13 (30.77 por ciento).
Con el respaldo de la historia y las estadísticas, no hay que equivocarse. Esta es la semana más importante de los Wallabies en la era profesional.
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Créditos: Villarpress.com