La Final de Bronce del viernes se perfila más como una batalla tanto física como mental para Australia y Gales, que intentan olvidar el dolor que les provocó la eliminación en semifinales y buscan despedirse con un triunfo.
El plantel de Gales sigue angustiado por un choque que podría haber ganado a pesar de jugar la mayor parte con un hombre menos, mientras que Australia se lamenta porque ni siquiera pudo quedar cerca en el resultado.
“Estamos en el mismo barco. Ambos estamos doloridos y en la misma situación”, dijo el centro Adam Ashley-Cooper, de los Wallabies.
En lo que perciben como una gran injusticia, los galeses se vieron obligados a jugar la mayor parte de su semifinal contra Francia con 14 hombres después la expulsión del capitán Sam Warburton por un tackle peligroso, lo que le valió una suspensión de tres semanas.
“Nos sentimos muy dolidos por lo que sucedió la semana pasada, por lo que va a ser una prueba de carácter para nuestro equipo; debemos dejar todo el viernes”, expresó el entrenador Warren Gatland.
Sin duda, Gales deberá dejar de lado sus sentimientos sobre la tarjeta roja a Warburton para centrar su atención en derribar a los Wallabies.
Adam Jones, al margen
La ausencia de Warburton será un duro golpe para la esperanza de Gales para el partido del viernes, y en el mismo sentido se centra la salida de Adam Jones, quien sufrió una lesión en la pantorrilla en la semifinal.
Paul James toma el lugar de Jones como pilar, mientras que Toby Faletau se ubicará en el lugar de Warburton para el ingreso de Ryan Jones como octavo. En la única otra variante realizada por el entrenador Gatland, el segunda línea Alun Wyn Jones vuelve al banco para el ingreso de Bradley Davies.
En tanto, el pilar Gethin Jenkins fue designado capitán, aunque espera mejorar tras sus experiencias anteriores como líder. El forward, de 30 años, lideró dos veces antes a su equipo, y ambos partidos terminaron en derrotas: 24-12 con Sudáfrica en el Millennium Stadium de Cardiff en noviembre de 2007 y 33-12 contra Australia en la misma sede, aunque 24 meses más tarde.
Un resultado que los galeses están dispuestos a revivir, es su dramático triunfo 22-21 sobre los Wallabies en la Final de Bronce de la Rugby World Cup 1987, su máxima posición en la Copa Mundial.
Las lesiones complican
Mientras tanto, Australia sigue sintiendo los problemas físicos y mentales que surgieron con la derrota 20-6 ante los All Blacks en semifinales el domingo pasado, y tendrá que superar el desafío de volver a la cancha en apenas cinco días.
El segunda línea Dan Vickerman (hombro, pierna y la nariz), el centro Pat McCabe (hombro), el pilar Sekope Kepu (ojo) y el hooker Stephen Moore (esternón) fueron descartados para la Final de Bronce por sus lesiones.
A pesar de la falta de tiempo para recuperarse físicamente, el capitán James Horwill cree que el corto espacio entre partidos ayudará a los Wallabies a superar mentalmente su decepción.
“El hecho de que dentro de cuatro días nos tengamos que poner la camiseta para terminar este torneo de la mejor manera posible nos va a sacar adelante”, dijo Horwill. “Queremos terminar este torneo de buena forma, y eso es quedar en el podio”.
Potentes backs
La experiencia de la primera línea de Gales, que cuenta con un total de 158 caps entre sus integrantes, tiene sin duda un gran contraste con el trío australiano conformado por James Slipper, Tatafu Polota-Nau y Salesi Ma’afu, que poseen 62 tests entre los tres.
Pero si el scrum de los Wallabies puede defenderse, su potente línea de backs impulsada por el regreso del fullback Kurtley Beale y con el armador Berrick Barnes como primer centro, puede guiarlos a una buena actuación.
Y en un hito que seguro motivará a más de un australiano, la lesión de Vickerman le abre el camino el veterano segunda línea Nathan Sharpe, que regresa al XV titular para sumar su cap Nº 100.
A pesar de ver imposibilitado su objetivo de llegar a la final de la RWC, el jugador de 33 años se mantiene firme en que no quiere perder el foco sobre la Final de Bronce. “Va a ser un test match, porque estamos representando a nuestro país”, remarcó Sharpe.
El partido puede ofrecer un buen espectáculo, ya que los dos equipos manifestaron su deseo de concluir sus campañas en la RWC con un rugby abierto y de ataque, y por ello eligieron a sus mejores jugadores.
“Con suerte, presenciarán un enfrentamiento entre dos equipos que juegan a atacar y que disfrutarán de lo que se trata el rugby”, señaló Ben Alexander, pilar de Australia.
Por su parte, el medio scrum Mike Phillips, de Gales, resumió la realidad de ambos seleccionados: “No hay nada que perder. Espero que sea un partido abierto y que terminemos en el podio”.
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