A los 33 años, Juan Fernández Miranda fue decisivo en el nuevo éxito de Hindú; “este título me pone muy contento por el Toto”, le dedicó a su hermano.
Y pensar que hay quienes lo quieren jubilar. ¡Qué va! Si Manasa Fernández Miranda está intacto. A los 33 años, Juan de la Cruz se hizo el dueño de la final, el amo de cada pelota que le entregó su hermano Toto . Ejerció tal dominio sobre el juego con sus kicks tácticos que no hubo dudas al momento de elegir a la figura del partido. Si un campeón se decide en 80 minutos, el apertura de Hindú debe llevarse todos los aplausos.
Para quien no haya visto el partido, el dato de que Manasa falló cuatro penales puede inducir a pensar que no tuvo una buena tarde. La realidad es que su obra en la lluviosa tarde de Ferro fue magnífica, a pesar de aquellas patadas con destino equivocado. Porque, además, acertó ese drop (apenas el segundo de todo el campeonato) que le dio la victoria a Hindú. Y cierra así una gran campaña personal, en la que terminó como el goleador del equipo (179 puntos), pero sobre todo, en la que fue más partícipe que en el título de 2006. Porque el año último sufrió por una cadena de lesiones que lo marginaron casi hasta el último partido. Pero ahora no: Manasa están vigente como siempre, más decisivo que nunca.
"Fue un juego muy cerrado, donde los dos jugamos al límite. La única diferencia es que aprovechamos nuestra oportunidad. Dentro de esa paridad, se nos dio a nosotros. En el segundo tiempo territorialmente supimos dominarlos", analizó el Nº 10, rodeado de amigos y familiares, en el centro del campo.
Pero también se refirió a su actuación: "Nos dimos cuenta que podíamos meterlos en su campo con los kicks cruzados al fondo. Hoy me fue muy bien con las patadas, podemos decir que entraron todas las que el sábado pasado se me iban enseguida". Lo cierto es que, más allá de sus virtudes, el ex Puma también fue protagonista de aspectos menos elogiables de la tarde. Ya en el primer tiempo, se lo vio muy enojado con Guillermo Mazzoni y, después, con Santiago van der Ghote. Y cuando se retiraba al descanso, se trenzó con éste y tuvieron que separarlos para que dejaran de forcejear. "Ellos saben lo que hicieron en la cancha. Yo me equivoqué y realmente debo pedir disculpas. Reaccioné en el entretiempo y estuve mal, pero todos los que estuvimos en la cancha sabemos lo que pasó."
Sea como fuere, más allá de cualidades o enojos, lo que quería Manasa era destacar a su hermano Francisco, Toto, siempre postergado como medio-scrum por el otro hermano, Nicolás, que no pudo participar de esta campaña. "Este título me pone muy contento en particular por el Toto. El se mató laburando durante muchos años y debió permanecer afuera del equipo mucho tiempo. Creo que este año al fin pudo tener el protagonismo merecido luego de tanto esfuerzo en los entrenamientos. Nunca se sintió fuera del equipo, pero creo que es quien más lo merece", elogió.
"Este es un año que fue muy bueno en lo mental. Creo que en eso progresamos mucho y nos sirvió para este tipo de partidos. Creo que somos justos vencedores, somos el que menos partidos perdió", valoró. Y se fue a festejar Manasa, más figura que nunca.
G. Guiter, E. Meza y A. Moreno
Agulla y Senillosa, en un año para el recuerdo
Horacio Agulla y Hernán Senillosa brindarán con una enorme sonrisa a final del año. No es para menos: fueron terceros con los Pumas en el Mundial y, a su regreso al país, ganaro el título con Hindú. Pero para Agulla la sensación es más placentera, porque se consagró con su hermano, Belisario. "Es un sentimiento único. La sensación de salir campeón con mi hermano es increíble. No se puede pedir más en un año así", expresó el fullback.
La Nación.com.ar