El ex vicepresidente UAR disiente con quienes reniegan del camino al profesionalismo.
Para los planes del rugby, 2020 puede ser representado con la figura de un croupier levantando todas las cartas de la mesa y volviendo a mezclar la baraja sin previo aviso. El comienzo del Súper Rugby neozelandés este fin de semana, con público en las tribunas luego de que el país pasara a fase 1 de cuarentena, es una luz de esperanza dentro de un año descarrilado, que ya dio por perdida la mitad de la temporada y que tratará de salvar lo que se pueda reacomodando la segunda. Ante la incertidumbre que existe acerca del calendario 2021, y de hasta qué punto se verá afectado el rugby argentino por los cambios que se avecinan, surgieron opiniones sobre cuál es el camino que debería tomar la Unión Argentina de Rugby. No son pocos los que reclaman volver a mirar “hacia adentro”, por entender que la entidad madre se ha enfocado demasiado en su estructura profesional, descuidando la base amateur. Es decir, a los clubes y a los seleccionados provinciales.
Manuel Galindo puede opinar al respecto con bastante fundamento, porque conoce bien ambos paños. El “adentro”, como ex jugador, capitán y entrenador del seleccionado tucumano, y el “afuera”, por haber sido vicepresidente primero de la UAR durante la gestión de Luis “Cacho” Castillo, en la que se gestó la inserción de Argentina al rugby profesional y al alto rendimiento. “Junto a ‘Cacho’ y a Agustín Pichot, me tocó encarar ese proceso, viajando durante muchos años y golpeando muchas puertas para poder meter al rugby argentino en el concierto internacional. Primero logramos entrar a Sanzar (hoy Sanzaar) y al Rugby Championship, y después se produjo lo de Jaguares en el Súper Rugby. Eso fue muy bueno, y además necesario. Los clubes franceses, por ejemplo, se mostraban reticentes a contratar jugadores argentinos porque entre las convocatorias a Los Pumas, las vacaciones y las eventuales lesiones, les iban a pagar 12 meses y los iban a usar seis. Así que necesitábamos armar un plantel profesional para tener a esos jugadores en Argentina y fortalecer a Los Pumas”, explica “Manolo”, resaltando la importancia que ha tenido ese acople al profesionalismo que muchos critican, sobre todo en el sector más conservador de Buenos Aires.
“A todos les encanta hinchar por Los Pumas en los Mundiales, pero para ponernos al nivel de los mejores, tenemos que acostumbrarnos a jugar contra ellos. Por eso, primero tenemos que preguntarnos: ¿contra quién queremos jugar? Si es contra las potencias, tenemos que prepararnos como ellos”, entiende Galindo.
En los últimos días, se viralizaron palabras de Hugo Porta, quien pide reforzar el rugby de clubes y recuperar el Campeonato Argentino, “donde nació la camiseta naranja y el orgullo de los tucumanos”. Galindo coincide en una parte, en otra no. “A mí me encantaba el Argentino. Era una buena vidriera para los jugadores que por alguna razón no eran detectados por el sistema Pladar y que después terminaban jugando en alguna liga menor de afuera. Por eso, me parecería bien que volviera, pero no tendría que ser antagónico a la parte profesional del rugby argentino. Creo que la verdadera discusión debería ser cómo se derraman los fondos hacia el rugby de base”, considera. “Por otro lado, no estoy de acuerdo con Hugo, y se lo he dicho, en hablar de rugby de clubes. Durante mucho tiempo hemos discutidos con los de Buenos Aires en que el rugby tiene que ser de Uniones y no de clubes. Debemos fortalecer las Uniones para que no nos pase lo que a otros deportes. De todas maneras, creo que más importante que esas discusiones, es invertir en que el rugby sea cada vez más seguro para quienes lo juegan”.
Por Federico Espósito
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