Phelan no se alarma por las dos caídas de los Pumas, pero mostró su inquietud por la indisciplina y por la falta de líderes; “el equipo necesita referentes”, dijo. Las secuencias son parte de una rutina que es costumbre en cada concentración: la corrida de algún rezagado en el lobby del hotel, los jugadores cargando sus bolsos la ardorosa mudanza de los Pumas hacia Buenos Aires bajó el telón del primer segmento posmundial. Los aires serranos se llevaron el fastidio por la nueva caída ante los italianos en esta tierra (13-12), pero también hubo malhumor entre algunos jugadores por la cancelación del vuelo del sábado por la noche, que los retuvo en esta ciudad y les impidió asistir al casamiento de Juan Martín Fernández Lobbe. El enojo no quedó ahí: después de siete horas varado en el aeropuerto local, el plantel decidió regresar ayer en ómnibus a Buenos Aires, en un trajín que demandó unas nueve horas, aproximadamente.
Los lamentos que deja el paso por esta provincia incluyen la baja de Juan Martín Hernández para el compromiso ante Sudáfrica, el 9 de agosto próximo, en Johannesburgo. El panorama no se vislumbra despejado, pero tampoco es, en esta instancia, para alarmarse. Se sabía que no iba a resultar sencilla la reconstrucción del seleccionado luego de la formidable expresión lograda en la Copa del Mundo, y todo se dio como se presumía, aunque sí existan motivos que generan incertidumbre.
No es la primera vez que sucede; cada ciclo inmediato a un Mundial, estuvo delineado por sinuosidades y señales de atención. Y encima, con un atenuante que en el presente no se da: tanto en 2000, como en 2004, la renovación de hombres no fue tan profunda como la que llevan adelante Santiago Phelan y Fabián Turnes, los flamantes conductores del seleccionado. Es apenas una referencia, pero no una consideración menor al depurar lo que dejó la primera ventana internacional.
"Hacer un balance general es difícil. Creo que los tres partidos fueron distintos, hubo rotación de jugadores, pero quedan aspectos por mejorar. En los últimos dos compromisos [el segundo test-match con Escocia y el cotejo de anteayer ante la azzurra ], se repitió el tema de la indisciplina. Eso es algo que no logramos mejorar, habiendo ya cometido muchas infracciones en el primer partido", fue la primera explicación que entregó Phelan, el día después de la segunda derrota en su estreno como head-coach nacional.
-¿A qué atribuís la inconsistencia en la disciplina?
-Me parece que es parte de la concentración del juego, la desesperación; tal vez, al no tener la experiencia necesaria para manejar los ritmos de los partidos. La ansiedad muchas veces hace que uno se equivoque sobre lo que es jugar con actitud, a jugar con actitud y disciplina. Eso es algo que se logra con experiencia, y cuando se corrige la comunicación entre los jugadores mismos, para darse cuenta de que muchas veces pierden el control del partido a través de las indisciplinas. Sin embargo, más allá de las derrotas o de los triunfos, siempre hay cosas buenas y cosas malas. Por eso, al balance general es complicado ponerle un rótulo en este momento. Hay que analizar lo negativo, sin dejar de ver la positivo. ¿Qué fue lo bueno? Que evolucionamos en las formaciones fijas; mejoramos la obtención en el line y en el scrum; el porcentaje de control de pelota fue mayor ante Italia que en lo que sucedió en el segundo choque con los escoceses. También rescato la actitud en el comienzo del test con los italianos y en los instantes posteriores a la marcación de puntos. Esos fueron puntos que nos propusimos superar, y lo hicimos, pero pasó que después el plan de juego no se pudo desarrollar por completo, debido a todas las infracciones que cometimos.
-Frente a Italia quedó muy en evidencia la falta de líderes….
-Todos los equipos necesitan líderes naturales. Por el hecho de jugar en los Pumas, cada jugador ya es líder de sí mismo, pero hoy el equipo, con nuevos nombres, con el recambio, necesita referentes dentro de la cancha, y eso se notó. Todo lo que se habla del recambio es una realidad, pero creo que rápidamente deberíamos empezar a encontrar un control y un manejo de líderes en lo referido al juego, fundamentalmente, y a la mentalidad para salir a jugar los partidos, que en algunos momentos fue buena y en otras, no tanto.
-La jerarquía de los siguientes rivales de la temporada es superior [los próximos compromisos serán Sudáfrica, Francia, Italia e Irlanda], ¿eso te inquieta?
-Lo que se viene es de máxima exigencia y tenemos que capitalizar todas las cuestiones que no anduvieron bien en esta primera etapa, porque ante equipos como los que nos tocarán se pagan mucho más caro todas las indisciplinas, las pérdidas de control de pelota. Hay mucho por trabajar, esto recién empieza, es el comienzo de un nuevo período, pero no quiero que esto suene a excusa. Me parece que del primer partido al segundo dimos un paso atrás en lo referente al juego, y para el último nos habíamos propuesto llevar adelante nuestro plan de juego, y no lo conseguimos. Todavía estamos en deuda. Hay que mejorar muchos aspectos del juego para poder seguir creciendo, que era uno de los objetivos que nos propusimos para este inicio del nuevo proceso. Más allá de los jugadores que van rotando, el equipo tiene que tener una identidad y estamos trabajando para que empiece a lograrla a partir de todos estos malos momentos que nos tocaron vivir.
-¿Estás preocupado?
-Sí, me voy preocupado, porque lo que más me inquieta es volver a caer en errores como la indisciplina [los Pumas anteayer cometieron 26 penales], las infracciones, todas cuestiones sobre las que hablamos, las analizamos, pero no pudimos resolver. Esas son las cosas que a un entrenador le preocupan. En cuanto a otras cuestiones del juego que no hayan salido bien tienen que ver con la falta de tiempo para trabajar y la ausencia de algunos jugadores. Lo que me preocupa es que no fuimos lo suficientemente capaces de poder superar lo relativo a la disciplina.
-¿Eso creés que puede ser porque aún falta mayor entendimiento entre el nuevo staff y los jugadores?
-Me parece que es parte de todo. Es necesario que los jugadores tengan más minutos juntos, que se consolide la relación entre los jugadores y el staff. Es una suma de detalles lo que hace que todavía no esté todo ajustado. Pero, como te dije, hay que seguir trabajando, esto apenas se trata del comienzo.
30 son los jugadores que Santiago Phelan utilizó para los primeros tres partidos de los Pumas en 2008.
2 jugadores debutaron en los Pumas de la mano de Phelan: Alvaro Tejeda y Pedro Ledesma
7 rugbiers, con asistencia perfecta: Stortoni, Vergallo, Leguizamón, Durand, Lozada, Tejeda y Gómez
4 tries anotaron los Pumas en los tres partidos; recibieron tres en su in-goal y les marcaron 54 puntos
Por Santiago Roccetti
La Nación