Mirá querido adonde estamos mandando a Martín -le dice la mamá de Martín al papá de Martín, mostrándole el diario. Más tarde el mismo diálogo entre otros padres cuando uno de ellos abre internet. O cuando escuchan algún programa. O viendo TV.
Toda la información, la del diario, internet, de TV o radio eran de rugby. Lo que los cuatro medios publicaban en esas tantas ocasiones eran situaciones que sucedían en el entorno o en el mismo juego. Ese era el escenario y junto a la sede del club completaban el contexto. Qué hacemos -se preguntan mirándose a los ojos con algo de incertidumbre, y angustia también.
Ellos tienen ahí a sus amigos -le dice el padre. Además siempre van contentos y viste cómo esperan la hora del entrenamiento o del partido -agrega ella. Bueno, veré si hablo con algunos de mis amigos, o mejor
primero presenciaré algún partido, algo que todavía no hice –señala el padre. Tendríamos que acercarnos más y de alguna manera involucrarnos -apunta la mamá. Sí, es verdad, debemos acompañarlo un poco más; yo hablo de vez en cuando con los entrenadores y me parece muy valorable lo que hacen -dice el padre. De eso no hay dudas, pero insisto, pareciera que el ambiente no es lo bueno que nosotros creemos -finaliza la madre.
Esto es una ficción. O no tanto, porque algunos padres sí van a la cancha y presencian los desajustes que, si bien minoritarios, existen en el desarrollo de los partidos de cualquier categoría del rugby cordobés.
Cuando yo estaba en la prensa escrita y radial en más de una ocasión parcializaba la información, confieso. Pensaba en esos entrenadores desaforados, en los cortes de manga contra la barra adversaria, o leía la mitad de la información (la negativa) que aparecía en alguna página convertida en órgano de difusión en unos de los bandos de la lucha política por la que pareciera insaciable disputa por el poder de los dirigentes y prefería, cuidando la salud de este deporte, no publicar esas verdaderas sandeces. La dirigencia tiene la palabra. No es una amenaza, pero se tiene que entender que alguna vez aparecerá (ya lo hay) algún periodismo que informe todo: el ingreso de algún padre a insultar
el árbitro, un corte de manga de algún dirigente contra la tribuna de los ocasionales adversarios, insultos a los jugadores, a los árbitros, el alejamiento de algunos de estos porque no ha encontrado contención en
el seno de esa comisión, el desprestigio del que es objeto de manera permanente la dirigencia desde sectores interesados en el fracaso de esa dirigencia, en algunos casos con la complicidad de alguna página web (esto sucedió muchas veces, no hoy solamente). La falta de proyectos de varias administraciones que les tocó conducir al rugby cordobés. La parcialidad de directivos que sólo ven el defecto en los adversarios, en el árbitro, o en la dirigencia provincial, o en la del otro club y no
mira objetivamente la propia vida del suyo. Hoy, les cuento, la prensa está siendo más “papista que el papa”, está cuidando más al rugby que sus propios actores. Con esto están yendo contra sus principios de ética periodista (que no sé si feliz o lamentablemente siempre, o casi siempre, se trata de “periodistas” relacionados de alguna manera con la vida de este deporte). Insisto, no es una amenaza, pero sí podría
suceder que el periodismo revierta su actuación y se decida por fin a cumplir cabalmente con su deber: desenmascarar realmente esa parte negra del rugby local y poner finalmente blanco sobre negro en la información y dejar de transitar este triste /statu quo/.
Gentileza Jorge “Corto” Mazzieri
Felipe Contepomi: “A veces nos equivocamos en la estrategia y en otras ocasiones falla la ejecución”
En su última presentación del año, Los Pumas perdieron contra Francia por 37-23 en el Stade de France, luego de un mal primer tiempo del seleccionado nacional que...
Leer Más