El club ha buscado asesoramiento legal para presionar a la RFU, Premier Rugby y la Rugby Players’ Association, quienes supervisan este tipo de traspasos. En juego hay una suma de cinco cifras, vital para un equipo que pelea por mantenerse en pie dentro y fuera de la cancha.
Los casos en cuestión:
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Guy Pepper → se fue a Bath
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Phil Brantingham y Louie Johnson → ficharon por Saracens
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Ben Redshaw → recientemente se sumó a Gloucester
El director de rugby, Steve Diamond, fue tajante:
“Han pasado 10 meses desde que se fueron Brantingham y Pepper, y la RFU todavía no presenta los reclamos de compensación. Pero si yo digo algo en 24 horas, me llega una advertencia…”
La presión económica es real: Newcastle está en el fondo de la tabla, busca inversores y necesita esos fondos para retener jugadores clave como su capitán Callum Chick, pretendido por otros dos clubes de la Premiership.
Diamond explicó que la normativa actual busca evitar que los clubes grandes “roben” jóvenes talentos de academias rivales a través de compensaciones mínimas. Pero el lento accionar de las entidades está perjudicando a los formadores.
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