Nicolás Fernández Lobbe, entrenador de Los Pumitas, así se refirió no sólo a lo que observó en la última concentración nacional juvenil llevada a cabo en Campo Timbó, sino que se expresó sobre los resultados del 2015 y las proyecciones para el 2016 y al futuro mediato de los juveniles argentinos en su conjunto.
“Obviamente, una de las más importantes conclusiones que hemos sacado de esta última concentración nacional en Campo Timbó es que este grupo de jugadores están haciendo bien las cosas y viene haciendo bien las cosas. A este grupo lo conocemos perfectamente bien. Han estado acá en Timbó el grupo de jugadores que -entendemos- podemos decir que es casi un 80% del plantel mundialista”.
¿Cómo sigue el trabajo con los chicos a partir de ahora?
A partir de ahora y en las próximas reuniones o concentraciones que tengamos -y de hecho ya lo hemos conversado- queremos trasladarle ahora la presión a ellos, en el buen sentido, para que comiencen a evolucionar más rápido. Esta evolución está relacionada a las mejoras de las destrezas, mejoras de índole física… todos son cosas decisivas a la hora no sólo de conformar un plantel, sino de entender cuáles son los pasos evolutivos que un jugador con proyección al alto nivel debe tener para alcanzarlo y formar parte.
El Plan Estratégico contempla éstas proyecciones…
Por supuesto, el Plan Estratégico contempla que este trabajo sea a edad más temprana. No queremos depender de camadas de jugadores. La idea es que el aporte de jugadores a los diferentes seleccionados y a la franquicia sea homogéneo y no algo esporádico. Es muy importante para eso trabajar con datos objetivos a la hora de analizar a cada uno de ellos y de estar siempre a disposición de los Head Coach de Los Pumas y Jaguares para preparar el abastecimiento de jugadores a medida de sus necesidades en cada uno de los equipos o seleccionados. No queremos que los jugadores sólo cumplan los objetivos propouestos, queremos que los superen y se destaquen.
¿Se han alcanzado los objetivos del 2015?
Los objetivos del 2015 se cumplieron, de eso no hay ninguna duda y para el 2016 tienen que volver a cumplirse, pero el objetivo tiene que ser mayor: hay que entrenarse para ser campeones del mundo. Lo que deseamos fervientemente todos es que los objetivos ambiciosos dejen de ser un tabú. No tenemos que tenerle miedo a la ambición. La realidad es que los resultados de la chapa al final del partido son una parte de los resultados pretendidos y no siempre reflejan la realidad del esfuerzo del año. Por eso, hay que entrenarse como para ser el número 1 e intentar serlo dentro y fuera de la cancha.
UAR
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