Entrevista a fondo con Nicolás Sánchez, el apertura de Los Pumas que, de ser el mejor en el 2018, tocó fondo en la Copa. Sus razones, las ganas de revancha y, otro bajón, el último puesto en Francia del histórico Stade Francais, donde juega.
Un día en la cresta de la ola, otro en el fondo del mar. Nicolás Sánchez era el mejor jugador de Los Pumas, tanto que el Stade Francais se lo llevó en el 2018, año en el que el tucumano ganó el Olimpia de Plata, igual que en el 2015 luego de haber sido clave de Los Pumas, cuartos en el Mundial de Inglaterra. Tanto brillaba Nico que en enero del 2019 figuró en una publicación como el noveno mejor jugador pago del mundo…
Hasta que volvió a la Selección. El apertura, al jugar en París, se había perdido la campaña de Jaguares, que con Gonzalo Quesada al mando salieron subcampeones del Super Rugby. A partir de que el Cachorro regresó con sus ex compañeros, pero ahora en Los Pumas dirigidos por Mario Ledesma, comenzó su caída. La competencia con Benjamín Urdapilleta -otro “francés”, del Castres- pareció no potenciar a ninguno de los dos. Mucho menos a Nico, que nunca terminó de integrarse a un equipo que antes había de memoria.
Hoy, seis meses luego de la eliminación de Los Pumas en la primera rueda del Mundial de Japón 2019, y pasando en París su cuarentena, el 10 habló con Olé de ese subibaja, sus días en Francia y el otro bajón que lo tiene como protagonista: el último puesto del Stade Francais, club histórico de aquel país. Las malas las equilibra con la alegría de estar a un par de meses de ser papá de una nena, jugando con su primer hijo, de ya tres años, estudiando inglés y experimentando e investigando con el café (“me encanta, me tomo 200 por día”).
-Primero, la cuarentena en Francia…
-Por ahora van siete semanas, no se puede salir mucho. Pero tranquilo. Estamos todo el día acá, salimos al súper o para hacer actividad física, nada más. No hay novedades en cuanto a qué va a pasar con el torneo. El club nos manda planes físicos diarios para mantenernos en forma.
-Segundo, ¿qué pasa con el Stade?
-Es un año un poco atípico. Llegué muy golpeado del Mundial, por las ilusiones que teníamos antes de la Copa y del año Puma. Llegué muy golpeado a París y me llevó cuatro o cinco semanas acomodarme. Si bien hoy estamos últimos, el equipo está jugando distinto, mucho mejor. Pero nos frenó este parate por el coronavirus.
-Es raro ver así al Stade Francais…
-Sí, acá al rugby se lo vive con mucha pasión. Y ver último a un club tan histórico hace mucho ruido. A su vez, los otros equipos quieren que el Stade Francais descienda. El equipo está golpeado y todos quieren que baje, ésa sería una gran noticia. Pero creo que hay plantel para salir de esa situación y estar más arriba. Nos quedan seis partidos de local de los nueve últimos de la primera ronda. Deberíamos sumar una buena cantidad de puntos.
-¿Analizaron qué les pasó?
-No es casualidad, el equipo arrancó muy mal el torneo. Hubo una desconexión entre el anterior staff y los jugadores franceses. Creo que cuando no se está tirando todos para el mismo lado, se complica. Por eso se sacaron nueve puntos en las primeras diez fechas.
-¿Y ahora cómo están?
-Asumieron dos ex jugadores (NdeR:Laurent Sampere y Julien Arias se hicieron cargo en noviembre tras la renuncia del sudafricano, ex DT de los Springboks, Heyneke Meyer). Se está trabajando bien, se cambió la forma de trabajar y se respira un aire distinto. Pero todos los puntos que dejamos pasar al principio del campeonato se sienten, y la presión de cada partido, también es un factor importante.
-Es un equipo grande. Deberían estar acostumbrados a la presión…
-No es lo mismo el ambiente. Llegar al martes al entrenamiento estando último no es igual que hacerlo si estás peleando para clasificarte a cuartos de final. Esa presión se trabaja, es normal del alto rendimiento, y creo que, con el plantel que hay, si bien con los nombres no se gana, se debería sacar una buena cantidad de puntos en la última parte del campeonato… si se reanuda.
-Tercero, ¿qué pasó con Los Pumas? Pasaste de ser el mejor en el 2018 a caerte en el 2019…
-Después del Mundial me tomé mucho tiempo para pensar y reflexionar y pensar qué había pasado durante todo este tiempo, y qué había cambiado de un año al otro. La verdad es que yo, individualmente, no tuve un buen año. Sé que no estuve a la altura de lo que se esperaba y de lo que yo pretendía jugar. Nunca me sentí cómodo, como sí me había sentido en la temporada anterior. El sistema lo tenía y sabía cómo jugaba el equipo, sabía cómo hacer para que el equipo jugara, pero en ningún momento me sentí así. Creo que algo pasó, y el Mundial fue un baldazo de agua fría para todos. Fue el momento más duro de mi carrera, sin dudas. Fue algo que me golpeó muy fuerte.
-¿Qué te pasó?
-Me costó mucho no poder encontrarme y no poder hacer que el equipo jugara como yo quería; son momentos, son cosas que pasan. A veces uno juega bien, a veces uno juega mal. Y ahora ya trato de digerirlo, dejarlo atrás y pensar hacia adelante.
-¿Al equipo lo afectó que nunca se haya encontrado el apertura titular?
-El equipo en general nunca se encontró. Nos topamos en el debut con un Francia que salió a llevarnos por delante, nos incomodó muchísimo ese primer tiempo. En el segundo tiempo, ellos pusieron freno de mano y quizá el equipo se largó a jugar y tuvo varias situaciones para ganar el partido. Ese partido fue clave, el equipo salió golpeado. A partir de eso, en ningún momento el equipo se sintió con confianza para, realmente, largar el juego que pretendíamos hacer.
-¿Tenés ganas de ir por la revancha?
-Ganas de jugar en Los Pumas voy a tener siempre. Pero ahora estoy en otra situación de mi vida: va a nacer mi hija en julio, acá. Sí tengo una deuda pendiente de que no fue aquel el Nico que yo quería mostrar, el de tratar de pelearla siempre. Y es un sentimiento que todavía llevo adentro: tengo una espina clavada. Sé que la situación hoy es otra, aunque las ganas de jugar en Los Pumas las voy a tener siempre.
-¿Creés que te van a llamar de nuevo?
-La verdad es que no lo sé. Hay dos jugadores en la Argentina que están jugando bien en Jaguares, Tito (Díaz Bonilla) y Domingo (Miotti); está Benja (Urdapilleta) también. La verdad es que no lo sé.
Por Sergio Stuart
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