El presidente de Old Boys Club, una de las instituciones más importantes de Uruguay, habló con Ovación del momento por el que está atravesando el rugby nacional. La política de selección, las renuncias de los jugadores, el déficit económico que tiene la Unión de Rugby son sólo algunos de los temas sobre los que dio su opinión.
-¿Cuáles son los principales problemas por los que atraviesa el rugby nacional?
-La estructura de la Unión de Rugby del Uruguay, por cómo está hecha y el costo que tiene. Además, una política de selección donde se la da importancia, fundamentalmente, a la mayor y se deja de lado una cantidad de cosas que son las que en definitiva la generan. Ese es el gran problema, todos los recursos se destinan a la selección. De lo que yo tengo miedo es que dentro de seis meses vamos a estar afuera del Mundial, sin plata y sin un presidente. Ese es mi gran temor, mi pesadilla. Esperemos que no se llegue a esto, pero uno dice las cosas y no las escucha nadie, y si te escuchan es para decirte que siempre estás tirando todo para atrás. Hay que estar ahí, trabajan mucho, pero es un esfuerzo mal enfocado que se termina perdiendo.
-¿En qué basa sus críticas a la política de selección?
-La selección favorece a cuatro clubes, de los cuales uno de ellos somos nosotros, pero los que no tienen jugadores en la selección se quedan sin nada, no reciben lo que deberían recibir. No es culpa del técnico, porque no va a elegir jugadores que no sirven, pero hay que buscar una manera de que todos tengan las mismas enseñanzas. La selección juvenil creo que se hace con un criterio más abierto, pero aparentemente no es tan importante; en cambio la selección mayor si no va al Mundial es un fracaso enorme y nos morimos todos.
-¿Es un fracaso si no vamos a este Mundial?
-No, porque somos un equipo con jugadores amateur.
-Somos amateur, pero hay un sistema de preparación profesional en la selección.
-Es verdad, los jugadores están teniendo una preparación profesional y después se van a trabajar o a estudiar o aunque se vayan a la casa, los profesionales hacen lo mismo y después se van a dormir la siesta y todavía cobran. Además, a los jugadores en Uruguay les piden un millón de cosas y cuando ellos van a pedir algo los miran mal. Y no los escuchan.
-¿Cuándo considera que los jugadores no fueron escuchados?
-Con el problema del cuerpo técnico. Es verdad que lo plantearon mal porque hay determinadas formalidades que hay que cumplir, pero en definitiva igual la Unión tomó conocimiento de que los jugadores están molestos y tienen que buscarle una solución. Esto no quiere decir que se tenga que hacer 100% lo que los jugadores dicen, pero dentro de una cantidad de técnicos hay uno en particular que no les gusta, que no quiere decir que sea mal técnico o mal tipo, sino que no tiene feeling con los jugadores. Para mí hay que buscar opciones para que todos estén conformes y esas son las cosas que no se están manejando bien. Es blanco o negro, no hay matices y se complica.
-El año pasado también había problemas pero los jugadores siempre se mostraron con ganas, ¿qué cambió?
-La acumulación de cosas al final te harta. Hay mucha incoherencia en cómo hacen las cosas, o te consultan para todo o para nada y todavía tener que hacer todo lo que te dicen. El año pasado los consultaban a ver si usaban medias azules o pañuelito colorado y ahora son enemigos. Los hacen ir a declarar al tribunal de disciplina, lo que es una cretinada. En el basquetbol uno no va a la selección y no pasa nada, en el fútbol lo mismo.
-¿Hay falta de motivación?
-Sí. Los chicos que están en la selección vienen a los dos días diciendo: “Para qué habré dicho que sí”.
-¿Por qué se vuelve a elegir a Gustavo Zerbino como presidente de la Unión si estos problemas ya se veían el año pasado?
-Gustavo es muy trabajador, lo conocen en todos lados, abre puertas. Además, la mayoría de los clubes lo apoyaron. Los únicos que no lo hicieron fueron Carrasco Polo y nosotros, que dijimos que no lo votábamos, pero que si los demás lo eligieron lo vamos apoyar porque queremos que les vaya bien.
-La semana pasada los clubes tomaron conocimiento del déficit que tiene la Unión, ¿esto en qué incide?
-La Unión arrastra un déficit desde hace muchos años y cada vez es más grande. Pero no es que alguien se haya quedado con plata; creemos que vamos a ser una potencia del rugby, entonces, se gasta en fantasías.
-¿Qué va a pasar con ese déficit?
-Se venía financiando con la plata que manda la IRB que es para el desarrollo. Te mandan un montón de plata, el año pasado llegó cerca de un millón de dólares. Pasa que la Unión de Rugby gasta por mes 22 o 23 mil dólares entre gerentes, médicos, secretarias, luz y demás gastos. Ahora nos dijeron que en junio se acababa la plata y no quedaba más nada de nada. Los clubes ofrecimos hacer alguna comisión y tratar de conseguir sponsors.
-Hace mucho tiempo se viene prometiendo un cambio en el rugby, ¿estamos lejos?
-Para que se logre tiene que haber más clubes, más chicos y que se juegue en más lugares del país. Hay que hacer crecer el rugby de abajo para arriba y no de arriba para abajo. Es cierto que si la selección va al Mundial mucha gente se entusiasma, pero ahora es imposible y se está poniendo toda la atención en esto.
-¿Quiénes son los culpables de esta situación?
-La responsabilidad final no es de la Unión, sino de los clubes que eligieron a los dirigentes y después se desentienden. Estuvimos tres meses para reunirnos los presidentes, a nadie le gusta venir a juntarse cuatro horas a discutir los problemas de siempre. Falta participación. Ahora pidieron que esperemos hasta fin de año para buscar el rumbo. Hace 20 años que estamos buscando el rumbo.
Jugadores: “El año pasado los consultaban para ver si usaban medias azules o pañuelito colorado y ahora son el enemigo”.
Culpables: “La responsabilidad final no es de la Unión de Rugby, sino de los clubes que eligieron a los dirigentes y después se desentienden”.
Enojo. “Es una vergüenza lo que pasa con el seven de OBC. Uruguay en 2009 no lo jugó y en 2010 lo hizo con un equipito”.
URU. “Se eligen presidentes con carácter que después terminan haciendo lo que quieren y no escuchan a nadie”.
Selección. “No es una obligación que los miembros de la URU sean amigos de los jugadores, pero tampoco enemigos”.
Por MARIELA MUÑOZ DÍAZ (http://www.ovaciondigital.com.uy)
