El partido jugado en Brisbane vió a Nueva Zelanda como justificado triunfador. El encuentro tuvo alto nivel de principio a fin; el minuto 82, se jugó con la misma intensidad que al comenzar el test match y el público vivió una fiesta de rugby en su máxima expresión .
El Tri Nations 2008 tuvo un estupendo final acorde al extraordinario nivel de este torneo jugado entre los tres mejores equipos del mundo.
El partido jugado en Brisbane vió a Nueva Zelanda como justificado triunfador. El encuentro tuvo alto nivel de principio a fin; el minuto 82 se jugó con la misma intensidad que al comenzar el test match y el público vivió una fiesta de rugby en su máxima expresión .
Los All Blacks se quedaron con las dos copas en juego en una de las más dulces victorias para el equipo dirigido por Graham Henry. Los visitantes fueron superiores en el trabajo de los rucks, sobre todo en recuperar la posesión desde esa plataforma y en aprovechar efectivamente los pocos errores defensivos del equipo amarillo. Los All Blacks mediante efectiva defensa del canal central, obligaron a que Matt Giteau use todas sus habilidades para tratar de evadir esa muralla negra. En ataque supieron aprovechar el talento del apertura Carter y además tuvo en el pilar Tony Woodcock, en mi opinión, el mejor jugador de la noche anotando un Try en momento clave del partido.
Los nuevos Wallabies tienen el consuelo de saber que estuvieron muy cerca de un triunfo histórico. Sin dos hombres fundamentales en el triunfo de Sydney (Burgess y Barnes) más la baja del octavo Wycliff Palu lesionado a los 34 minutos, el equipo amarillo jugó con talón de Aquiles. Palu era vital en un partido de estas característica, donde las terceras líneas tuvieron su batalla aparte. Richard Brown, en su début como wallaby reemplazando a Palu tuvo gran partido pero no fue suficiente para minar la confianza del experimentado Soialo. Mortlok no estuvo totalmente cómodo jugando de primer centro . Se cansó prematuramente y no rindio al 100% desde el segundo parcial. La poca experiencia trabajando juntos de la pareja central, presentó una grieta defensiva que los All Blacks supieron explotar.
Para mostrar cuanto vale la experiencia del coaching en estos torneos, la jugada maestra del partido vino del box neocelandés, detectando el prematuro cansancio de Mortlock y la falta de amalgamiento de la dupla central amarilla, a los 52 minutos Grahan Henry ingresó a Stephen Donald de apertura moviendo a Carter de 12, Ahora había otra capacidad ofensiva en los All Blacks. El cambio dió mas espacio al creativo Carter y desde esta combinación vino el Try que daría la diferencia final a favor de los AB. En los diez minutos finales ayudó el oficio de los All Blacks para controlar la dinámica de la pelota y bajarle un poco las revoluciones al partido. Así y todo, los forwards Wallabies sacaron fuerzas desde lo mas profundo y para reivindicación de Ryan Cross, a pura potencia arrastró su marca para el try que los ponía a tiro de ganar. El aire volvía a estar súper tenso en la caliente noche de Brisbane y con tiempo ya cumplido los Wallabies fueron por su última oportunidad; corrida de Tuquiri por izquierda para ir acortando las distancia al ingoal, penal para los Wallabies, se la jugaron con series de rucks, sin embargo los de negro mantuvieron la calma y en discutible situación, recuperaron mágicamente la pelota para que Piri Weepu la matara con un kick al mas allá. Por cuatro puntos, en Brisbane ganó el mas apto, ganó el mejor equipo del torneo y ganó el rugby mostrando un extraordinario partido jugado con las super ELV’s .
Esta vez, y por cuarto año consecutivo, la alegría fue para Nueva Zelanda que es el merecido ganador. La multitud de seguidores del equipo negro demostraron felicidad por retener la copa Bledisloe y ganar el Tres Naciones y enorme fidelidad al hacer del Suncorp Stadium un reducto donde los All Blacks se sintieron locales. Los miles de fanáticos australianos presentes en el estadio disfrutaron de un gran encuentro. No ganar los trofeos en juego dejó un cierto sabor amargo, pero mas allá del resultado, todos vivimos una fiesta del rugby que se prolongó por horas en las calles de Brisbane.
La otra fiesta del rugby
No solo en la cancha se sintió el espíritu del rugby. La ciudad norteña en Australia vivió su propia fiesta al recibir a miles de rugby-turistas que no quisieron perderse la gran final. Una marea negra invadió las calles centrales de Brisbane en la previa al partido. Los litros de cerveza se despachaban a ritmo solo igualado por el Oktoberfest del lugar. Con espectáculos de música gratis en vivo y muchas opciones para comer al aire libre en un día propio de verano, el clima de carnaval no podía ser mejor. Sobre todo con sorprendentes bandas de música latina tocando en la famosa Brunswick St. que hasta mostró algunas garotas danzando samba.
Con las últimas luces de la tarde, los fanáticos convergieron hacia el Suncorp Stadium pintando una alegoría de desfile de taxis en una mañana de Buenos Aires. El color de moda era el negro y amarillo por todas partes. El estadio estuvo a pleno en capacidad de 52.000 espectadores y no exagero si digo que la mitad mas uno eran hinchas de los All Blacks.
Después de la gran final todos más allá del resultado salieron a festejar, al fin y al cabo, se vivió una fiesta del rugby en un partido vibrante, intenso y con dramático final. Los Wallabies no pudieron con su máximo rival, y los All Blacks fueron los merecidos campeones, sin dudas. Pero si alguien se quedó con sabor a poco en Hong Kong habrá revancha, por orgullo, por dinero o simplemente por el placer de ganar.
Oscar Jimenez
corresponsal Australia (CORDOBAXV)