Nueva Zelanda rompió el maleficio y derrotó a Australia 20-6 en la segunda semifinal de la Copa Mundial de Rugby 2011, disputada en el Eden Park de Auckland, estadio que volverá a ver a los mismos finalistas que en la RWC 1987, en donde los All Blacks se enfrentaron a Francia, por la primera Copa Webb Ellis.
El arranque arrollador de los All Blacks buscaba sorprender en los minutos iniciales. Cuando los Wallabies aún se posicionaban sobre el campo, los neozelandeses ya dominaban los mauls y rucks. Adam Ashley-Cooper tuvo que apoyar en su propio ingoal ante la presión de los backs de negro, y los problemas para cubrir cada avance rival eran evidentes.
Poco después, tras un maul sobre el medio campo australiano, Piri Weepu abrió la pelota a su línea de backs, Aaron Cruden pasó rápidamente la pelota al fullback Israel Dagg, quien con un cambio de paso rompió la línea de defensa, y justo antes de caer al suelo, soportando un tackle, lanzó un pase a Ma’a Nonu, quien anotó el primer (y único) try del partido, pese a los esfuerzos de Anthony Faingaa por pararlo.
El centro de los All Blacks sumó su octavo try ante los Wallabies, igualando al capitán Richie McCaw, y alcanzó cuatro partidos consecutivos apoyando la pelota en el ingoal australiano. Weepu comenzó algo menos acertado con el pie que ante Argentina, fallando la conversión y el primer penal a favor con el que contaron los de negro. Pero elevó el marcador a 8-0 en su segundo disparo de penal.
Los Wallabies tomaron una bocanada de aire con una escapada de Digby Ioane, quien con una determinación encomiable, lanzó a los suyos al ataque. Adam Ashley-Cooper respondió con el pie recortando momentáneamente el resultado.
La variedad en los esquemas ofensivos de los All Blacks agobiaba a la defensa australiana. Sin capacidad de frenar estos ataques en el primer tackle, sumado a los reiterados problemas en los mauls y rucks, y sufriendo ante cada jugada de estrategia en el line out de los All Blacks, los Wallabies no sabían por donde podía caerles cada embestida neozelandesa. A esto había que sumarle el acierto con el pie del flamante apertura titular, Aaron Cruden, quien aportó tres nuevos puntos en el tanteador con un drop centrado (11-3).
Australia no perdía de vista el marcador, también gracias a sus aciertos con el pie. Esta vez fue Quade Cooper el que respondió con un drop de frente a los postes, tras varias fases de ‘pick and go’ que no consiguieron romper la defensa rival, pero si le dejaron tiempo suficiente al apertura de origen kiwi para que recorte la diferencia.
Sin embargo, la ventaja neozelandesa se demostraba en las fases del juego, en la pugna por cada pelota, en la rapidez y potencia de sus jugadores cada vez que iban hacia delante, en la intensidad de cada tackle, en las decisiones de juego. Weepu marcó su segundo penal y recobró el 50% de eficacia en el partido antes del entretiempo para sentenciar un parcial de 14-6.
Poderío físico y mental
La segunda mitad comenzó sin cambios en el argumento del partido. Nueva Zelanda presionaba en cada jugada y conseguía ampliar su ventaja con un nuevo penal de Weepu, a los tres minutos de reanudado el encuentro.
Australia salió a buscar la remontada. La tercera línea de los Wallabies tomó la iniciativa, pero no había nada que pudiera quebrar el muro defensivo de los All Blacks. La intensidad de los anfitriones no mermó en ningún momento y lograban recuperar la pelota en los momentos adecuados, que fueron poco a poco socavando la moral del rival. Los australianos intentaron buscar la espalda de la defensa kiwi con patadas largas, pero el fullback Dagg se mantuvo firme atrás y acertado con el pie.
Weepu y Cruden pudieron ampliar el resultado, pero el penal y el drop que intentaron respectivamente, se fueron desviados. Con el paso de los minutos, los Wallabies veían como perdían la posesión de la pelota y no lograban controlar el territorio. Cruden, tras la sustitución de Weepu, tomó la responsabilidad de los penales, pero erró su primera ocasión.
El pack de forwards neozelandés mostró su poderío pese a que ya se llevaban 70 minutos de juego al ganar un scrum con introducción Wallaby. Los nervios y la falta de respuesta del pack australiano los llevaban a cometer infracciones que le daban a Weepu, que había vuelto al campo por un cambio por sangre del medio scrum Andy Ellis, la posibilidad de patear otro penal con el que consiguió estirar la ventaja a 20-6.
Los Wallabies buscaron recortar diferencias sobre el final, aprovechando la superioridad numérica tras el sin bin de Sonny Bill Williams, quien solo estuvo tres minutos en el campo de juego. Pero nada pudieron hacer ante la fortaleza física y mental de los neozelandeses.
Nueva Zelanda venció a Australia por primera vez en una fase eliminatoria, y disputará su tercera final de la Copa Mundial de Rugby tras 16 años. Si bien en aquella oportunidad se midieron con los Springboks (RWC 1995), el próximo 23 de octubre volverán a enfrentarse con Francia, reeditando la final de la RWC 1987, que también se disputó en territorio All Black.
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