Su deceso fue confirmado por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Iglesia, quien destacó su compromiso con los más pobres y marginados.
Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires en 1936, fue el primer papa jesuita y americano, elegido en 2013. Durante su pontificado, impulsó reformas en la Curia, luchó contra los abusos sexuales, promovió la inclusión de las mujeres y mostró apertura hacia la comunidad LGBTI. Su última aparición pública fue el 20 de abril, durante la bendición Urbi et Orbi, donde se le vio visiblemente debilitado.
Más allá de su labor pastoral, Francisco mantuvo un vínculo profundo con el deporte, especialmente con el rugby. Como joven en Buenos Aires, practicó este deporte, y ya como pontífice, destacó sus valores de trabajo en equipo, respeto y solidaridad. En 2013, recibió al plantel de Los Pumas en el Vaticano, donde les expresó: “El rugby es una escuela de vida”.
El papa también apoyó iniciativas como “Rugby Sin Fronteras”, una organización que promueve la paz a través del deporte. En 2013, recibió a su fundador, Juan Bautista Segonds, y se sumó a la campaña “Yo Respeto”, que busca fomentar valores en los jóvenes.
Su legado deportivo se extendió al fútbol con la creación del “Club Deportivo Papa Francisco” en 2013, en Buenos Aires. Este club, aunque sin afiliación oficial al Vaticano, promueve el juego limpio y rechaza la violencia en el deporte.
El papa Francisco será enterrado en la basílica de Santa María La Mayor, cumpliendo su deseo de humildad y sencillez. Su partida deja un legado imborrable en la Iglesia y en el mundo del deporte, donde siempre promovió los valores de fraternidad y respeto.
www.cordobaxv.com.ar