Además de ser el tryman del torneo y liderar a Gales al Grand Slam, Shane Williams fue elegido como mejor jugador del Seis Naciones. Quién es este pequeño gran talento. "Esto es surreal", llegó a esbozar Shane Mark Williams, wing de Gales, campeón del Seis Naciones con su seleccionado, cuando le dijeron que él había sido elegido como el mejor jugador del torneo. "Es surreal", repitió impactado el pequeño wing, de 31 años y brillante pelada, de 173 centímetros de escasa estatura. Le comentaron que era uno de los mejores del mundo en su puesto. Repitió: "Es surreal". Le avisaron que una encuesta lo daba como el personaje más famoso de su país, y que otra afirmaba que era el mejor wing de la historia de los Dragones Rojos.
Y él, sin aliento, dejó en el camino dos palabras: "Es surreal".
Surreal, sin embargo, parecen las pequeñas hazañas que lo colocaron en lo más alto de la consideración popular durante el campeonato. Fue el tryman con cinco anotaciones: dos ante Italia y Escocia, una a Irlanda y otra Francia. Alcanzó los 41 tries de selección en 56 encuentros (un try cada 1,3 partidos). Se transformó en el máximo tryman de la historia de Gales, dejando atrás al legendario Gareth Thomas, y en el octavo mayor anotador de tries en el rugby mundial.
Surreal parece la victoria monetaria del padre, que hace 10 años apostó 50 libras a que su hijo se convertiría en el tryman histórico de Gales. Le pagaron 25.00 libras esta semana.
Surreal parece que este hombre permanezca incrédulo después de haber sido determinante para darle el Grand Slam a su equipo. Y meterlo de lleno en la historia del deporte que amó de niño.
PEQUEÑAS ALEGRÍAS
Después de conseguir su última victoria, ante Francia, Williams se cansó de dar entrevistas. "La atmósfera del estadio era increíble, La caminata alrededor de la cancha cuando el título ya era nuestro, eso fue lo mejor de mi vida. Algo totalmente loco. Loco, pero lo entiendo: los fanáticos de Gales saben cómo celebrar. Fueron tan maravillosos durante estas semanas que se merecen desatar su alegría. Diría que se merecen un trago o dos", sostuvo en ese pequeño período de festejo y revolución mediática alrededor del equipo. Sin embargo, el cansancio no detuvo la celebración arrasadora: la noche salvaje del plantel de Gales.
Ellos mismos consideraron que se merecían un trago o dos. El rumor dice que el bar del Hotel Vale, base de entrenamiento del equipo durante el torneo, se mantuvo abierto hasta el amanecer. Y que nadie tomó agua.
La cara de Williams al día siguiente no era exactamente una desmentida. Tuvo que posar para una publicidad de Pumas y los diarios, crueles como casi siempre, dejaron entrever que sus 31 años se notaban más que nunca.
En esa producción publicitaria, el pequeño Shane fue obligado a sentarse en una roca gigante, frente al mar, sin camiseta, con menos de cinco grados de temperatura. "Hizo mucho frío -admitió después- y sentarse en una roca no es recomendable bajo estas condiciones. Pero el día en que la gente ya no quiera mi foto, ese día me voy a incomodar muchísimo más".
EL RÁPIDO MÁS LENTO DEL MUNDO
Dicen que es rápido, muy rápido, quizá uno de los 5 jugadores más rápidos del mundo. Comparan su velocidad con la de Bryan Habana y según cálculos televisivos puede correr los 100 metros en menos de 11 segundos. Sin embargo, Shane se tomó su tiempo para algunas cuestiones personales.
Por ejemplo: a los 28, se casó con Gail Lacey, a quien había conocido en el Amman Valley School, su colegio secundario, después de haber estado de novio por unos 14 años. Más raro aún: tuvo una hija, Georgie, a la que recién le eligió el nombre después de un mes y medio de su nacimiento. Durante las primeras seis semanas de su vida el bebé no tuvo nombre, todo porque los padres estaban convencidos de que iba a ser un varón.
Además, la velocidad tuvo que reducirse obligatoriamente con la edad. No la demostrada dentro de la cancha, pero sí la furia que lo conducía fuera de ella. "Antes me gustaba aprovechar mi tiempo libre para correr en alguna moto rápida que pudiera encontrar, o hacer motocross, directamente. Pero era demasiado temerario, y como profesional me tengo que controlar. Así que ahora juego al golf. Soy malísimo, por otra parte".
Este costado lento también le trajo algún problema: en 2005, Williams decidió irse de vacaciones a Chipre. Por un error de las fuerzas de seguridad del país, fue detenido por asalto. Estuvo preso, con la inquietud adicional de que la policía perdió su pasaporte. El abogado lo pudo sacar unos días más tarde, y describió todo como un gran despropósito. Pero el daño ya estaba hecho cuando el jugador reflexionó: "Debí haberme ido a la costa de Gales".
Esa dificultad en asimilar y decidir también afectó su rugby. Durante muchos años (según confesó más tarde: "más de los necesarios"), Shane jugó como medio scrum. De hecho, ocupó ese puesto durante toda su carrera juvenil en el Amman United RFC. Recién cuando pasó al Neath, de la primera división, comenzó a jugar como wing. La transición no lo perjudicó, al contario: pudo amalgamar su talento en el manejo de la pelota con un juego de pies fenomenal, una explosión envidiable y una facilidad inédita en los cambios de dirección. Eso, sumado a su velocidad, lo transformó rápidamente en un jugador destacado a pesar de su tamaño.
Igualmente, aún hoy no se siente un indiscutido. Ni en su equipo actual, el Ospreys, ni en su seleccionado: "No puedo darme el lujo de la soberbia. Hay muchos jugadores jóvenes y buenos, y todos quieren mi camiseta".
EL ÍDOLO DE SUS ÍDOLOS
Cariñosamente, lo apodan Ickle , un apelativo inglés, casi una broma, que juega con la deformación sonora infantil de la plabra Little, pequeño. El apodo se le pegó de niño, cuando en la ciudad de Swansea crecía mirando la depresión del rugby galés posterior al pico de éxito de los setentas. Por eso sus héroes no llegaron de la visión directa, sino de algunos videos de tiempos mejores: "Estaba fascinado por Gerald Davies, JPR Williams y Phil Bennet", revela Williams, reverencial, casi como descubriendo las joyas de la familia.
"Davies, particularmente, era mi héroe: iba siempre al choque y nunca se acobardaba pese a no tener un gran tamaño. Corría como nadie, tenía un gran corazón y una pasón inigualable por el juego. De vez en cuando me lo cruzo en alguna cena y todavía me sorprende que podamos estar uno al lado del otro", explica.
Todavía, vergüenza: Desde los 21 juega en la selección mayor de su país, jugó en los British and Irish Lions, donde rompió el récord de tries en un partido al anotar cinco ante Manawatu, fue parte del equipo de Gales que se quedó con el Grand Slam en 2005, y lideró a sus compañeros para repetir la hazaña en este 2008, llegó a ser tryman parcial en el Mundial de Francia 2007. Sin embargo, todavía, vergüenza.
Vergüenza porque cada vez más escucha que lo comparan con sus ídolos. A él, y a su equipo actual, los equiparan a los héroes de los ’70. Y eso lo incomoda por humilde: "La gente todavía habla de esos muchachos, de ese equipo. Estar en la misma oración que ellos ya es un honor inmerecido".
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