Antas, asado y tejo. Ahora fútbol. Los Pampas XV están lejos, pero no se despegan de sus raíces y en la lejana Stellenbosch se sienten como en casa.
En una mañana muy agradable, y con reprogramación de actividades, los jugadores tuvieron una actividad distinta, salieron de una cancha marcada con líneas punteadas y yardas para situarse en una con arcos y áreas.
Tras el desayuno, la orden de los entrenadores fue: “muchachos, lleven botines de scrum que hoy vamos a transpirar mucho”. Las caras de los forwards no tenían muchas sonrisas, pero están acostumbrados a esto y enseguida fueron por sus elementos de trabajo. Uno a uno, todos los jugadores se subiendo a la camioneta que los trasladaría a un lugar que nunca hubieran imaginado.
Sorpresivamente, las camionetas no se dirigieron hacia la cancha que habitualmente utiliza el equipo, sino que siguió su trayecto por una ruta poco conocida hasta desembocar en un parque. “Muchachos, por la reprogramación no tenemos la cancha. Hoy tenemos que movernos acá”, fueron las palabras de uno de los encargados de hacer mover al equipo.
Pero de repente, como por arte de magia, en lugar de salir ocho pelotas ovaladas de la bolsa, salió una redonda que es mundialmente conocida como Tango. Una pelota de fútbol se apareció entre medio de un plantel de jugadores de rugby que hace una semana y media vienen solo pensando en el campeonato de la Vodacom Cup.
Los equipos no tardaron en armarse, al ritmo del pan y queso, y eligiendo uno por vez, se fueron conformando las tres selecciones que gozarían de una mañana de fútbol en el parque. Si no fuera que toda esta historia transcurre en la tranquila Stellenbosch, uno podría decir que está describiendo una escena que sucede en cada una de las plazas del país.
El silbato inicial marcó el inicio del triangular, con los equipos capitaneados por Agustín Creevy y Felipe Bettolli como debutantes. La cancha delineada con conos tuvo como primer resultado un empate, un partido parejo en donde ninguno de los dos supo cómo encontrarle la vuelta al rival.
En el segundo encuentro aparecería la Máquina. Un equipo que se entendió a la perfección y trabajó de manera organizada cada partido. El conjunto capitaneado por Belisario Agulla tuvo su debut triunfal, y luego ningún rival mostraría oposición suficiente como para superarlos a lo largo del torneo. Solo un traspié tuvo ese equipo, fue en la tercera fecha, cuando el equipo de Creevy se impuso ajustadamente por 1-0 y todo aparentaba a que este resultado fuese el resurgimiento del conjunto del capitán de los Pampas XV.
Sin embargo, un empate nuevamente ante los de Bettolli los marcaría a fuego. Nicolas “el Burrito Ortega” Bruzzone fue una de las estrellas desequilibrantes del equipo de Felipe, pero eso no fue suficiente, ya que en la anteúltima fecha, un tal Agustín Gosio, que por momentos trajo a la memoria las corridas de Caniggia en Italia 90, estuvo intratable.
Un 2-0 categórico enfiló a los de Agulla para el campeonato. En la última fecha, se presentaron en cancha dos equipos muy aguerridos. Todo podía llegar a suceder dentro de ese campo de juego, pero como se pudo ver anteriormente, una cabellera rubia y enrulada marcó el rumbo del partido. Dos goles de Gosio en el encuentro final le dieron el campeonato a los de ‘Beli’.
Fue un equipo que casi no mostró fisuras. Con Tomás Roan en el arco, el conjunto tuvo seguridad siempre. Una línea de cuatro en el fondo, conformada por Estelles, San Martín, Fessia y Cáceres, en donde por momentos uno se adelantaba para ubicarse como volante central. En el medio, Gosio por un lado y Guillermo Roan por el otro, en donde por momentos obtenían la asistencia de la defensa. Y arriba, rotando constantemente, Agulla y Rodríguez marcaron el rumbo.
Parecería que los Pampas XV también están empezando a sentir el fervor del Mundial de fútbol. Sudáfrica va a ser sede del torneo que apasiona a millones y que durante junio tendrá al Seleccionado Argentino como uno de los principales protagonistas. En esta oportunidad, los jugadores cambiaron la guinda por una redonda y se distendieron un poco.
UAR
