Diferencias entre la UAR y la URBA minan el camino a la profesionalización de los Pumas; Buenos Aires no admite jugadores rentados, pero sí que reciban viáticos.
En la avanzada hacia la profesionalización de sus seleccionados, la Unión Argentina de Rugby (UAR) recorre un camino inestable. Después de muchos años de atravesar tormentas y andar a los tumbos, hace un mes había logrado transitar por la fertilidad del consenso. Sin embargo, la armonía duró poco: Buenos Aires (URBA) acepta los cambios que impone el progreso, pero no permite que en sus competencias participen jugadores profesionales. Es decir, 23 de los 31 rugbiers que la UAR pensaba tener a sueldo no podrán ser parte, por ahora, de su revolucionario proyecto, orquestado con la International Rugby Board. Los ocho rugbiers restantes, pertenecientes a clubes del interior del país, ya firmaron sus contratos y conforman el primer grupo de jugadores rentados bajo las luces de la ley y la reglamentación.
El rechazo de Buenos Aires está amparado en su estatuto, aunque los clubes a los que representa acordaron excepciones para no detener el cambio que impulsa la UAR. Las distinciones son:
-Establecer el 31 de diciembre de este año como fecha límite para que los rugbiers convocados por la UAR a los planes de alto rendimiento puedan actuar en las competencias de la URBA. Un ejemplo: Agustín Gosio podrá jugar en Newman durante esta temporada, pero en 2010 deberá elegir si continúa en el club o es jugador estable y profesional de la UAR.
-Durante 2009, si los 23 jugadores convocados desean seguir en sus clubes deberán resignar la firma y los beneficios del contrato laboral con la UAR y aceptar solamente un pago de viáticos.
Dirigentes de Buenos Aires y de la UAR se reunirán desde hoy para acordar una solución y no alterar los fines del proyecto. Surgen ánimos de consenso y optimismo desde ambos sectores.
Sin embargo, el pago de viáticos enciende otro foco de debate. Una empinada fuente de la UAR, tal vez quien conoce más de cerca las finanzas de la Unión, fue tajante en una charla con LA NACION. “La AFIP nos advirtió y nos pidió que organicemos las cuentas, sobre todo ahora que estamos saliendo del concurso de acreedores. Dar viáticos no es lo ideal y puede ser considerado irregular. Además, los jugadores no rinden cuentas de los gastos, entre otras cosas”, reveló el dirigente. Un dato: desde hace diez años la UAR les abona viáticos a sus jugadores.
“Tal vez haya que modificar cláusulas del régimen. No es un tema de fondo, sino de formas. No sé cómo se definirá, sobre todo desde el punto de vista legal. Aunque la UAR hará todas las consultas necesarias para no tener inconvenientes con la AFIP”, reconoció a LA NACION el presidente de la Unión, Porfirio Carreras.
La lupa fiscal se habría posado con mayor detenimiento tras conocer que la UAR estaba resolviendo con éxito la salida de la convocatoria de acreedores y que recibirá un socorro financiero de 8 millones de dólares en tres años por parte de la International Board.
Néstor Galán, máxima autoridad de la URBA, expresó su postura acerca del contrapunto con la UAR. “Se decidió por unanimidad acompañar el cambio de la UAR durante 2009. En las competencias de Buenos Aires no se permiten jugadores profesionales, pero sí que reciban viáticos, como sucedía hasta ahora. Es firmar una adhesión, pero no un contrato. Habrá derechos y obligaciones, y se podría asemejar, salvando las diferencias, a una beca, a un pago para un perfeccionamiento.”
La diferencia puede parecer semántica, pero no lo es. Hay una cuestión legal y reglamentaria. “Los pedidos de viáticos son enmarcados dentro de una beca para que el jugador pueda seguir jugando para su club. Entre la UAR y los jugadores no puede haber un contrato de trabajo, ya que no se dan las características lucrativas por ambas partes. Y con respecto a la AFIP, la UAR deberá intentar denominar como beca el pago a los jugadores demostrando la falta de beneficios económicos”, instruyó Juan Carlos Cerutti, especialista en derecho laboral y socio del estudio Andino & Dorato.
Sin perder su genética, nuestro rugby está en medio de un proceso de cambio. De ahora en más, habrá que aceptar una inevitable bifurcación en el ámbito doméstico: amateurs, por un lado, y profesionales, por el otro.
San Albano les dio becas a ocho juveniles
Una medida vanguardista tomó San Albano: eligió a ocho jugadores de entre 17 y 21 años y les otorgó becas que incluyen gimnasio, nutricionista, deportólogo e indumentaria de entrenamiento. Fue una decisión para acortar la brecha con los clubes más importantes, según informaron desde el club del Sur.
Por Nicolás Balinotti
De la Redacción de LA NACION
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