El 2007 será recordado por mucho tiempo como el mejor año del rugby argentino. Por la gran actuación de Los Pumas en la Copa del Mundo disputada en Francia y porque, con su coraje, el equipo albiceleste se metió definitivamente en el corazón del hincha argentino, ése que ama todo deporte más allá de que lo entienda o no. El 2007 será recordado por mucho tiempo como el mejor año del rugby argentino. Por la gran actuación de Los Pumas en la Copa del Mundo disputada en Francia y porque, con su coraje, el equipo albiceleste se metió definitivamente en el corazón del hincha argentino, ése que ama todo deporte más allá de que lo entienda o no.
Además, el seleccionado que dirigía Marcelo Loffreda logró algo que ningún otro equipo argentino había conseguido: obligó a la International Rugby Board a buscar la forma de insertarlo en un torneo anual de primer nivel, debido a ese gran tercer puesto logrado en el certamen que finalmente ganó Sudáfrica.
El Mundial fue soñado para un plantel que le puso un broche de oro al ciclo más importante del rugby argentino al quedarse con la medalla de bronce, un logro utópico años atrás para un seleccionado nacional de mayores.
Fue un gran año en todo sentido, que empezó con triunfos en amistosos sobre equipos de clubes ingleses y un combinado francés, siguió con dos victorias ante Irlanda y otra ante Italia en test matches disputados en el país, y recién conoció la derrota en un test disputado ante Gales en Cardiff.
Pero la epopeya empezó el 7 de setiembre con esa victoria sobre Francia por 17-12 en un colmado estadio de Saint Denis que quedó mudo a partir del try marcado por Ignacio Corleto en la primera mitad.
Después llegaron los triunfos frente a Georgia por 33-3, con el agónico try de Federico Martín Aramburu que permitió sumar el punto bonus; la goleada por 63-3 frente a Namibia; y finalmente la aplastante victoria ante Irlanda por 30-15.
Escocia resultó un escollo inesperadamente complicado en los cuartos de final, pero, más allá de los nervios, Los Pumas lograron salir airosos por 19-13 y avanzaron a las semifinales por primera vez en la historia de los Mundiales.
Ya era una hazaña, pero llegaban los Springboks y la posibilidad de ganarles por primera vez con la camiseta celeste y blanca le daba un condimento extra al encuentro. No pudo ser. Sudáfrica demostró que estaba para campeón y superó a Los Pumas por 37-13.
No hubo tiempo para lágrimas. La posibilidad de subir al podio no se desaprovechó y en otra labor memorable Los Pumas volvieron a superar a Francia, esta vez por 34-10.
Fue el final de un ciclo notable, de ocho temporadas en las que Loffreda estuvo al frente del equipo. En las que estos jugadores, con mucho sacrificio y pocos medios, lograron lo que nadie hubiera imaginado.
¿Que quedó como deuda ganarle a un equipo del hemisferio sur? Es cierto, pero ello no opaca en nada la actuación de un conjunto que creció año tras año y consiguió lo que nunca antes se había logrado.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero es difícil, pese a lo complicado que resulta comparar elencos de distintas épocas, que este equipo no sea considerado el mejor de la historia del rugby argentino. Juan Martín Hernández, consagrado como el mejor jugador del torneo francés y Olimpia de Plata, y Patricio Albacete, dos de los que llegarán sin problemas al próximo Mundial, fueron las principales figuras de un equipo que dio todo y se ganó la consideración del mundo ovalado.
¿El futuro? Se viene un recambio importante de jugadores y un año de transición para el cual hay confirmados test matches ante Escocia e Italia a mitad de año en el país, y dos test en la ventana internacional de noviembre, uno confirmado ante Francia y otro probable frente a Inglaterra.
Todavía están en veremos los amistosos ante los protagonistas del Tres Naciones, certamen al cual Los Pumas podrían acceder en cuatro años, y otros dos encuentros, uno ante un equipo a designar en el primer semestre y otro ante un elenco del hemisferio sur al que se podría enfrentar en noviembre, actuando como local en Europa.
DYN