La UAR presentará un proyecto para recibir dinero que el IRB reparte y así disminuir la emigración, sobre todo de juveniles.
Hay 30 millones de libras dando vueltas y la UAR quiere que le toque una porción de esa torta que el International Rugby Board destina al desarrollo del juego en naciones que no están en la vanguardia del mapa. ¿Dónde se encuentra situada la Argentina en este contexto? Por resultados globales desde el Mundial 99, en el lote de los mejores ocho, sin dudas. Pero en consideración a la hora de armar los fixtures y negociaciones políticas, en el fondo del tarro. De ahí se aferra la Unión Argentina para ser merecedora de parte del paquete en billetes. “El IRB está con cola de paja, la guita va a estar”, se dice en la Unión. Pero, ¿cómo hacer para que llegue a nuestro país?
Aquel dinero se divide en diez tajadas a repartir durante tres años (300.000 por cada uno a cada país) a todo el que presente un proyecto con fin de desarrollar el juego. La Unión, el 7 de julio próximo, elevará al IRB el programa PAC (Polos de Alta Competencia), que tiene por objeto invertir en el crecimiento de las estructuras y, en consecuencia, del juego. Básicamente, se quiere disminuir la emigración de rugbiers que, a cambio de un dinero mensual, seguimiento médico y físico más posibilidad de capacitación intelectual y profesional (desde darles becas para estudiar hasta trabajo), se quedarían en el país y enriquecerían la competencia local. Del mismo modo, que vuelvan algunos del exterior. En la UAR son conscientes de que no alcanza para retener a pibes como Carizza, Leguizamón o para repatriar a Pichot o Hernández. Evidentemente no se puede competir con el dinero que ofrece Europa, pero sí evitar que se vaya cualquiera por monedas, aunque sean en euros.
Actualmente hay una treintena de jugadores (los últimos en sumarse fueron Arocena, Costa Repetto, López Fleming, Vergallo y Galindo) que forman parte de los “viaticados”. Se les paga unos 1.000 pesos por mes a cambio de que cumplan obligaciones para mejorar su preparación. Esto es lo que se quiere extender a los distintos “polos” del país, que abarcarán de seis a ocho regiones, con un mínimo de 200 jugadores en total. Sería el escalón anterior a Los Pumas, cuyos integrantes pueden llegar a levantar hasta 50.000 pesos por año.
Hay una traba: que la ayuda no se reduzca a solo tres años (“no le podemos prometer a un pibe que lo vamos a bancar y después lo largamos en banda”, confesó un dirigente). Por eso será fundamental la visita de un emisario del IRB, en estos días, con quien se pretende asegurar un compromiso (dinero) a largo plazo.
El sueño de un atractivo torneo regional
La próxima etapa, a largo plazo, es armar una competencia tipo Liga Nacional de básquet, con equipos regionales y jugadores contratados que puedan ser elegidos sin importar el lugar de residencia de éstos, parecido a lo que se intentó con el Súper 9 (con Uruguay y Chile incluidos), pero con plata de por medio. La idea es mantener en actividad a 200 jugadores mediante una competencia atractiva para el público y de buen nivel en el país. Sin embargo, los constantes inconvenientes en la superposición y el armado de los fixtures sería una traba a resolver. Lo mismo, convencer a la URBA, reacia a participar de este tipo de certámenes.
Fuente: Diario Ole
http://www.ole.clarin.com/jsp/v3/pagina.jsp?pagId=1004081