La temporada 2025 dejó más preguntas que certezas para los All Blacks. Mientras los Springboks dominaron los premios de World Rugby con Malcolm Marx como Jugador del Año, Nueva Zelanda apenas celebró la distinción de Revelación para Fabian Holland, reflejo del contraste entre ambos seleccionados.
El equipo de Scott Robertson mostró mejores números (10-3), pero siguió evidenciando fallas estructurales: irregularidad, dificultades defensivas, un ataque sin filo y derrotas duras ante Argentina, Sudáfrica e Inglaterra. A dos años del Mundial, el rendimiento genera inquietud, incluso sin títulos mayores como el Rugby Championship o un Grand Slam.
Robertson insiste en que el proceso va en alza, destaca haber utilizado 45 jugadores y busca profundizar la rotación de cara a 2026 y 2027. La gran duda pasa por el funcionamiento del staff, con la salida del asistente Jason Holland y posibles revisiones sobre el rol táctico de Scott Hansen.
En cuanto a nombres, Cam Roigard se consolidó como figura clave, Holland emergió como el mayor crecimiento del año y jóvenes como Peter Lakai, Wallace Sititi y Simon Parker aparecen como apuestas fuertes para 2026.
El liderazgo de Scott Barrett sigue en debate, pero no habrá cambios inmediatos. La meta de Robertson es clara: reforzar la base, ajustar el rumbo y evitar que los poderosos Springboks —con una profundidad envidiable— vuelvan a marcar la diferencia en un 2026 que incluirá cuatro choques directos entre ambos.
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