La inversión del gigante austríaco podría devolverle el brillo a un equipo que hoy atraviesa serios problemas financieros.
Los Falcons fueron puestos a la venta hace más de un año por su actual dueño, Semore Kurdi, y desde entonces han estado buscando una solución económica para garantizar su continuidad en la Premiership Rugby. Red Bull aparece ahora como el salvavidas que no solo aseguraría el futuro del club, sino que también abriría la puerta a fichajes estelares, tal como ocurrió en 1995 con la llegada del All Black Inga Tuigamala, por entonces un pase récord de £1 millón.
Con un historial fuerte en deportes de alto rendimiento –como la Fórmula 1, el fútbol europeo, el BMX y el esquí extremo– Red Bull ve con buenos ojos el crecimiento del rugby en el mercado joven, especialmente en el rango etario de 18 a 34 años, según destacó el Director de Rugby de los Falcons, Steve Diamond.
“Las grandes multinacionales quieren invertir en lo que consideran un deporte en auge”, aseguró Diamond. Y aunque no confirmó oficialmente el vínculo con Red Bull, remarcó que el rugby inglés sigue siendo una plataforma de gran valor, con 15 British and Irish Lions surgidos de la Premiership.
Además, Red Bull ya ha mostrado interés previo en el rugby, como cuando estuvo cerca de patrocinar a los Exeter Chiefs. Fuentes indican que el modelo de franquicias al estilo IPL que se propone para la liga inglesa resulta particularmente atractivo para la marca.
La posible llegada de Red Bull a Newcastle no solo aseguraría el futuro del club, sino que podría sacudir el mercado de pases con la llegada de grandes nombres al Kingston Park, convirtiendo a los Falcons en un nuevo foco de atención en el rugby europeo.
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