Urgidos de una victoria para mantener intactas sus posibilidades de pelear por el título, los dirigidos por Gastón Conde se enfrentan con Sudáfrica sabiendo que no hay margen para el error. ¿Qué debería pasar para que los chicos argentinos se metan en semifinales?
La ajustada caída ante Francia el último domingo en el cierre de un partido no apto para cardiacos, complicó el desenlace de un grupo que se caracteriza por su paridad. Pero confiando en el rendimiento mostrado hasta aquí, el staff técnico nacional mantiene intactas sus chances de clasificación a las semifinales.
Para ello necesitarán imponerse a los Baby Boks para asegurar la segunda plaza y esperar un guiño cómplice del resto de los grupos. La situación más complicada para los albicelestes se presenta en la Zona A, donde tanto Inglaterra como Australia ganaron sus respectivos compromisos y se cruzan para determinar al primero de ese copón.
En la Zona B, Italia y Escocia, con cinco unidades -una menos de la que posee el seleccionado nacional-, también se miden entre sí sabiendo que una victoria sin bonus para cualquiera de los dos los deja prácticamente al margen.
De quedar como mejor segundo de todos los grupos, Argentina se cruzaría con el mejor primero -probablemente Nueva Zelanda-, buscando mejorar el tercer lugar obtenido en la pasada edición del Junior World Rugby Championship.
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