En la URR ayer se debatió la inclusión o no de los jugadores de Atlético al seleccionado juvenil. Los dirigentes tienen la palabra.
Una franquicia a punto de debutar en el Súper Rugby y un seleccionado nacional inserto en un torneo como el Cuatro Naciones donde le juega de igual a igual a las súper potencias del mundo ovalado, son muestras claras de que el futuro ya llegó para el rugby argentino. Pero parece que esto sucede en las grandes esferas. En el ámbito doméstico aún existen pensamientos que no hacen otra cosa que tirar un ancla al pasado. Anoche, aunque cueste creerlo, en el seno de la Unión de Rugby de Rosario (URR), se debatirá la inclusión o no de los jugadores de Atlético del Rosario en el seleccionado juvenil local.
Para entender esto hay que hacer un poco de historia. Esto se dispara hace un tiempo atrás, cuando Atlético trata de integrarse de un modo más proactivo en la URR, marcando una diferencia entre la conducción de años anteriores y las últimas. Desde la presidencia de Marcelo Dip en adelante, Plaza trató de arrimarse de otro modo a la Unión. No es un club que se suma sino que es una institución que integra y aporta. De hecho, una gestión de Norberto Ruggiero (consejero de Atlético en la Unión) sirvió para abrir la puerta para que el Banco Municipal sea el sponsor más importante que tuvo la URR en toda su historia. Fue todo un gesto sobre todo si se tiene en cuenta de recién un año después el mismo banco desembarcó en Plaza (y en otros clubes de la ciudad) y no al revés.
Esta integración generó diálogos distintos y vínculos diferentes, y también la posibilidad de que en un futuro inmediato se incorporarán los jugadores de Plaza a los seleccionados juveniles.
A diferencia de lo que ocurría en otras épocas, cuando Plaza dio motivos para que sus jugadores no fueran convocados, el escenario cambió. Hoy los métodos para acceder a los distintos niveles del rugby nacional son otros. Los seleccionados provinciales ya no son ese trampolín y la realidad marca que éstos han tenido distintas performances (buenas y malas) con y sin la participación de los jugadores de Plaza.
Ahora la captación de jugadores a nivel UAR es distinta y la competencia cambió considerablemente. El remozado Nacional de Clubes que arrancó hace tres años tiene un formato ambicioso. En la primera edición tuvo predominio de los equipos del interior, en el segundo de la URBA y en la edición 2016 la incógnita es muy grande. También se está a la puerta de un Nacional B, algo que se discutirá en competencia de la UAR.
En este escenario, los clubes de Rosario van a competir (de hecho ya lo hacen) con los equipos de la URBA, o sea que indefectiblemente se van a cruzar, sea en el primer o en el segundo nivel, con Atlético. Esto remarca que la competencia ya superó la vieja historia, el viejo encono de la participación de Plaza en Buenos Aires, de una manera natural.
A nivel de encuentros infantiles, todos los clubes de Rosario invitan a Atlético y se preocupan para que asistan porque de alguna manera, Plaza les brinda un nivel de juego y competencia, aunque no lo digan. Pero a veces, parece ser, también le ponen un límite a esa participación. Dicho en otras palabras: es bueno participar hasta un punto y no es tan bueno hacerlo después.
Por eso sería muy importante que los dirigentes piensen bien la decisión a adoptar. La determinación tendría que ser dinámica y no estática, con un pensamiento creativo, evolutivo, el mismo que llevó al rugby de la Argentina a estar donde está. Caso contrario sería como mirar por el espejo retrovisor y no mirar hacia adelante.
El rugby siempre se destacó por sus valores, como la solidaridad, la inclusión, la generosidad o la pluralidad, por ejemplo. Es hora de ver que esos valores no sólo se declaman de la boca para afuera sino también hacia adentro de las instituciones.
“Más y mejor rugby”
En un futuro no muy lejano, en los Pladares, a partir del programa “Más y Mejor Rugby” de la UAR, por el centro de alto rendimiento que tendrá la Unión de Rugby de Rosario, van a pasar absolutamente todos los jugadores fichados en ella. Eso significa que los jugadores de Atlético van a tener una preparación igual a la de otro jugador de cualquier otro club de Rosario a partir de los 15, 16 o 17 años. Es bueno recordar que ya no se exige esa preparación de elite a través de un seleccionado para acceder a un nivel nacional. Hoy los seleccionados dejaron de ser vidriera y tanto es así que está en tela de juicio la continuidad o no del Campeonato Argentino.
Esto habla de una evolución, de un mirar hacia adelante algo que obliga a los dirigentes a ser más creativos, a imaginar mejores espacios de juego.
En una selección deberían jugar los mejores. En esta historia, hoy no pasa lo de antes. No hay jugadores fichados para dos uniones sino para una sola (la de Rosario) o que tienen esa doble dependencia de jugador fichado y jugador de origen, porque en este caso son todos jugadores genuinos de la URR, no son de otro lado.
Ayer por la noche se puso sobre la mesa mucho más que una simple decisión de poner o no a jugadores de un determinado club. La decisión mostrará a las claras si los clubes de Rosario analizan la idea desde un sentido amplio y son inclusivos, o si por el contrario se muestran selectivos, exclusivo y excluyentes.
Limitar la participación de jugadores no construye. Desde ya, limita. Si los entrenadores de un equipo quieren poner al mejor jugador y alguien se lo impide, van a poner al “segundo” mejor, no al mejor y eso no condice la historia de Rosario, una Unión que siempre fue protagonista y tiene que aspirar a tener los mejores.
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