Nueva Zelanda se convirtió en la primera nación anfitriona en ganar una Rugby World Cup femenina al vencer a Inglaterra con 14 jugadoras 34-31 en un Eden Park con entradas agotadas.
Inglaterra jugó con 14 jugadoras durante 63 minutos en Auckland después de que Lydia Thompson fuera expulsada por un choque de cabezas con Portia Woodman.
Las Rosas Rojas ganaban 14-0 en ese momento y estuvieron al frente hasta el minuto 72, cuando Ayesha Leti-I’iga anotó su segundo intento del partido para finalmente reclamar la gloria.
La victoria aseguró el sexto título mundialista para las Black Ferns ganándole a Inglaterra las cinco finales disputadas.
Inglaterra se vio obligada a un cambio de último momento cuando Leanne Infante no superó una prueba física por un problema en el tobillo y la rodilla; Lucy Packer ingresó como medio scrum.
Pareció hacer poca diferencia en los primeros momentos cuando las Rosas Rojas anotaron el primer try del partido y Ellie Kildunne remató un movimiento del equipo para apoyar en la esquina derecha en el tercer minuto.
Renee Holmes perdió la oportunidad de poner a las anfitrionas en el marcador cuando su penal se desvió; Inglaterra pronto amplió su ventaja.
Las delanteras de las Red Roses tuvieron que ser pacientes con su avance en el lineout del minuto 13, pero las Black Ferns solo pudieron frenarlo a medias ya que Amy Cokayne finalmente emergió con su primer try de la final.
Scarratt convirtió para darle a Inglaterra una ventaja de 14-0, pero sus esperanzas de gloria sufrieron un par de minutos más tarde cuando Thompson recibió una tarjeta roja luego de un choque de cabezas que obligó a Portia Woodman a salir lesionada.
Las Black Ferns patearon el penal a la esquina, y le dieron a Inglaterra una dosis de su propia medicina al empujar el maul de lineout sobre la línea, con Georgia Ponsonby siendo la que terminaría apoyando el balón.
Holmes agregó los extras, pero un error de Maia Roos en el reinicio, le dio a las Red Roses y Marlie Packer la oportunidad de llegar a su tercer intento del partido.
La final era un entretenido encuentro y un error de Abbie Ward en el reinicio le dio a Nueva Zelanda un lineout. El avance de los locales se frenó y el balón voló hacia la banda izquierda, donde apoyó Leti-I’iga.
Holmes volvió a convertir para reducir el déficit a cinco puntos y cuando quedaban menos de 10 minutos de la primera mitad, la fullback de las Black Ferns, que había recorrido todo el campo, pensó que había anotado después de una intercepción.
Sin embargo, la árbitro Hollie Davidson estaba jugando una ventaja y, desde el lineout, Cokayne anotó su segundo try del partido.
Nueva Zelanda llegó al try por tercera vez al filo del medio tiempo cuando Amy Rule aprovechó un maul avanzando para poner el marcador 26-19 en el descanso.
Las anfitrionas comenzaron la segunda mitad como habían terminado la primera, Stacey Fluhler hizo un quiebre deslumbrante desde el reinicio, antes de intercambiar pases con Holmes y aterrizar en el ingoal.
Holmes falló la conversión que habría nivelado el marcador, y las Black Ferns tuvieron que esperar menos de siete minutos para agregar otro intento, ya que Krystal Murray se fue por la esquina izquierda.
Una vez más, no hubo conversión, lo que significó que Inglaterra recuperó la ventaja en el minuto 54 cuando Cokayne sostuvo su hat-trick de tries.
Después de esto, el flujo del partido se desaceleró un poco, al menos en el marcador, hasta que la co-capitana de las Black Ferns, Kennedy Simon, fue enviada al sin-bin.
No favoreció a Inglaterra volver a estar con misma cantidad de jugadoras ya que en el minuto 72, tras un impresionante off-load de Fluhler, Leti-I’ga apoyó el try del triunfo.
Si bien las Rosas Rojas buscaron recuperar el liderazgo en los siguientes minutos, la defensa local aguantó hasta que el final desató la alegría neozelandesa.
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Créditos: World.Rugby