El wing surgido de Regatas Bella Vista debió actuar como 9 por bajas de compañeros por Covid-19 y sumó sus primeros puntos con el pie, en el 45-10 del club francés a Scarlets, de Gales.
Bordeaux Bègles empezó el fin de semana con malas noticias: Maxime Lucu e Yann Lesgourgues, el medio-scrum titular y el suplente, que iban a jugar el domingo frente a Scarlets, de Gales, por la Champions Cup, dieron positivo de Covid-19 en los análisis reglamentarios de antes de los partidos. Sin otro medio-scrum disponible, el entrenador Christophe Urios le dio la responsabilidad de ser uno de los conductores del equipo al argentino Santiago Cordero, que iba a actuar como wing, pero finalmente jugó los 80 minutos con la camiseta 9. Y haciendo de 9.
Y le fue muy bien. El club francés ganó por 45-10 su compromiso en el que viene a ser la Champions League del rugby. “Muy espontáneamente me dijo que estaba disponible. Lo malo de esta situación es que, en cuanto a la organización de nuestro juego, probablemente seremos un poco menos fluidos, eso es obvio. Pero la ventaja que veo es que ponemos un atacante más en la cancha” dijo en lo previo el head coach del puntero del Top 14, la liga de Francia. Y entonces, nomás, se dio por primera vez en su carrera que Cordero se desempeñó como titular en ese puesto, de características distintas al del que se suele ocupar.
El medio-scrum es uno de los armadores de un conjunto de rugby, el que organiza el pack (grupo de los ocho forwards) y un nexo entre los delanteros y los backs. Pues con semejante carga, Cordero cumplió muy bien la función. Estuvo en todo momento encima de la pelota, dio ritmo al equipo y fue protagonista en cuatro de los tries de Bordeaux; en dos de ellos, asistiendo, y en los otros dos, participando directamente en la gestión de la jugada. Además, sobre el final del encuentro apoyó en el in-goal, pero la conquista fue anulada por una infracción previa. También sumó una conversión, luego de la lesión Mathieu Jalibert, y realizó una salida de mitad de cancha.
“No fue fácil después de la semana que pasamos. Esta victoria se dio gracias a los forwards. Si avanzan, las pelotas salen de los rucks con más facilidad. Personalmente, sentí una mezcla de emoción y miedo de hacerlo mal como medio-scrum. Pero traté de jugar y pedí a otros que me hablaran para ayudarme. Estoy un poco decepcionado de que mi try del final haya sido anulado; habría sido un buen recuerdo”. manifestó el jugador surgido de Regatas Bella Vista en la posterior conferencia de prensa. Y añadió: “Sentí el placer de jugar de medio-scrum, de ser el tipo que siempre tiene la pelota en las manos. Fue magnífico. Pero espero volver a mi puesto de wing; es más fácil”.
Una situación similar a la que vivió Cordero fue la que tuvo que pasar Juan Imhoff en la final del Top 14 en 2016: a los pocos minutos del partido, el medio-scrum Maxime Machenaud fue expulsado, y entonces el wing rosarino se ubicó en esa posición. Junto al gran neozelandés Dan Carter, un histórico integrante de All Blacks, estuvo en la conducción de Racing 92, que terminó ganando esa final en Barcelona.
Este domingo, en un compromiso de etapa regular por la Champions Cup, Cordero sacó más que a flote el desafío, pero a la vez no estuvo del todo fino en la precisión en los pases, sobre todo en los largos. También se le complicó el uso del pie, un ítem en el que se necesita mayor oficio. Bordeaux fue ampliamente superior a Scarlets, moviéndole la pelota y generando muchos quiebres en campo ajeno. El 45-10 lo deja bien parado en busca de los octavos de final de esta Copa de Campeones Europeos, de la que fue semifinalista en 2021. La figura terminó siendo el joven Louis Bielle-Biarrey, que con 18 años jugó por primera vez como titular y anotó tres tries. En el conjunto galés protagonizó los 80 minutos el santiagueño Tomás Lezana, con una buena tarea defensiva y 16 tackles.
Éste fue el partido número 100 de Cordero en equipos profesionales: 9 en Pampas XV, 18 en Jaguares, 33 en Exeter Chiefs y 40 en Bordeaux Bègles. Lleva una excelente cifra de 42 tries. Y en una jornada particular, terminó con una sonrisa y sumó sus primeros puntos con el pie.
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