El entrenador de los All Blacks, Scott Robertson, se mostró cauto de cara al primer test de la serie ante Francia, que se jugará este sábado en Dunedin. A pesar de que Les Bleus llegan con un plantel alternativo debido a la ausencia de sus figuras, ocupadas en la final del Top 14, el head coach neozelandés subrayó que “pueden ser peligrosos” por la libertad y falta de presión con la que jugarán.
Los All Blacks, que no pierden ante Francia en Nueva Zelanda desde 2009, buscarán cortar una racha adversa de tres derrotas consecutivas ante los galos. La última victoria ante este rival fue en 2018, justamente en Dunedin.
Robertson, que afronta varios contratiempos por lesiones –con las bajas de Luke Jacobson, Wallace Sititi y Tamaiti Williams– destacó la importancia de respetar al rival y preparar mentalmente a sus jugadores para un desafío que no será sencillo.
En cuanto al XV inicial, se espera que Ethan de Groot sea titular como pilar izquierdo, mientras que Ollie Norris podría debutar desde el banco. La tercera línea, en tanto, todavía genera dudas, pero Ardie Savea volvería a desempeñarse como número 8, con Du’Plessis Kirifi y Samipeni Finau como posibles acompañantes.
“Hace mucho que no cantamos una canción en el vestuario después de ganarle a Francia”, recordó Robertson, haciendo alusión a la última victoria ante Les Bleus. El objetivo, este sábado, será empezar con el pie derecho y recuperar terreno frente a un rival que, pese a sus bajas, llega decidido a dar pelea.
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