A fines de 2024, Robertson advirtió a NZR sobre el riesgo de quedarse atrás si no permitían jugadores radicados en el exterior, siguiendo el modelo de Sudáfrica. Sin embargo, tras un año de análisis, ahora considera que el sistema actual “cumple su propósito” al ofrecer flexibilidad, como los contratos sabáticos en el extranjero.
Casos como el de Jordie Barrett, quien jugará seis meses en Leinster antes de regresar a Nueva Zelanda, refuerzan su opinión. “Volverá como un mejor jugador, y eso es lo que queremos”, explicó.
Aunque algunos All Blacks han tenido breves experiencias en Japón, Robertson insiste en que el modelo de NZR sigue siendo sólido y fomenta el desarrollo local. “Tenemos un gran grupo de jugadores leales que quieren ser All Blacks”, concluyó.
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