Envueltos en la mística que se genera en cada compromiso, SIC y CASI vivieron una semana diferente de cara al clásico.
Con realidades distintas pero con la fe intacta llegaron al sábado con la premisa de dar hasta el último impulso de vida.
Apoyado en la experiencia el SIC no perdonó a CASI y lo goleó 55-18. Franzini, la figura del match.
De esta manera, y esperados por ansiosas hinchadas, se hicieron lugar en la cancha principal de la Zanja. Asistido por el convencimiento en su juego y la altura en la tabla de posiciones, el tricolor pisó el césped. CASI, por su parte, en medio de un recambio generacional fuerte (tuvieron su primer clásico 6 jugadores) no atraviesa el buen momento que lo llevó a la final en 2003.
Así y todo el arranque del encuentro fue muy cerrado. La Academia se encargó, a través de Gortari, de lograr el primer try. Tras una prolijo line y el posterior maul, a los 9´ se puso 5-3.
Gracias a otro penal de Cilley (a los 16´), SIC le tomó el ritmo al clásico. Se colocó 6-5 arriba y nunca más dejaría esa posición por el resto del derby. Para tener un bautismo completo, Tiesi levantó una pelota suelta por la izquierda y se llenó el alma de ingoal académico. El tanteador se acomodó en 13-5 tras el kick de Cilley.
De juego enmarañado y efectivo por momentos, la consigna de CASI era desestructurar la partida para marear al SIC. Por instantes lo consiguió. Con una corrida por la derecha Zaldívar se anotó el segundo try después de una asistencia de Amadeo. 13-10 y el marcador seguía a tiro a los 36´.
Cuando parecía que el match clausuraba la primera etapa de esta manera, una ráfaga zanjera dejó en claro que si le dejan algún centímetro CASI tendría que ir a buscar la guinda debajo de la hache. López Fleming con una buena finta y Marque, por al izquierda, ilustraron algunas variantes con las que cuenta el bicampeón para demoler hasta la más acérrima defensa. Luego del pitazo del medio tiempo el partido quedó 25-10 favorable al local.
Con la entonación a pleno por la victoria parcial de su equipo, la hinchada zanjera fue la que dominó la escena durante toda la tarde. Ubicados en la tribuna cerca de la pileta no cesaron de cantar y alentar. Aunque también le dedicaron infinitos temas a su rival de toda la vida. La parcialidad de CASI desilusionó por su falta de apoyo. No fue aquella barra que siempre animó y coloreó otros clásicos.
Para exprimir un poco más el entretiempo lo ideal fue darse una vuelta por las tribunas. La belleza femenina brillaba en cada rincón de Boulogne. Ahí si que los equipos empataron irremediablemente. Ambos cuentan con unas de las fans más hermosas de la URBA.
En la reanudación, Cilley le avisó a CASI que la cosa no había terminado. Penal al minuto de juego y 28-10 para su equipo. Otra vez volvieron a dejar al alma en cada pelota.
A partir del try de Serra a los 8´ las ilusiones de CASI quedaron reducidas al milagro. El 33-10 parecía muy caro para un clásico más. Pero como lo último que se pierde es la esperanza, la amarilla que vio Serra (a los 16´) le abrió un pequeño paréntesis a las expectativas de remontar.
A los 18´ Raiteri se cargó el equipo al hombro y descontó. La placa indicaba 33-18. La extrema juventud de la cebra se daba de bruces ante el experimentado SIC. Por una cuestión de timming los zanjeros adivinaron que el punto de inflexión eran los medios del Atlético. Y allí apuntaron toda la tarde.
En su vuelta ideal Franzini escribió su nombre en la nómina de trymen del partido, por lo que la tarde se ponía 38-18, a los 29´. A partir de la confirmación de la brecha en el tanteador, CASI intentó con mucho coraje y empuje pero careció de ideas claras.
Sin oposición fuerte el SIC cerró la tarde a toda marcha. Con otro try de Serra y dos de Artese ubicó en la pizarra cifras históricas (55-18). El delirio de los hinchas y de los propios jugadores transformados en barras por un rato impusieron la clausura soñada al 105° enfrentamiento entre SIC y CASI.
Fuente: rugbytime.com