La ajustada derrota de Francia frente a los All Blacks en Dunedin por 31-27 dejó algo más que un buen rendimiento de un equipo alternativo: también desató una fuerte reacción del tercera línea Mickaël Guillard contra la prensa neozelandesa, que había cuestionado duramente al plantel de Les Bleus.
Durante la semana previa al encuentro, el exmedio scrum de los All Blacks, Justin Marshall, hoy analista, no escatimó críticas hacia el seleccionado francés: “El equipo que envía Francia es claramente insuficiente y tiene muy poca experiencia. La edad promedio es de 25 años y el promedio de partidos internacionales es de 9,3. Casi la mitad de los jugadores ni siquiera han vestido la camiseta nacional”, lanzó el neozelandés.
Y agregó: “Es una completa estupidez cómo están gestionando los franceses esta gira. Siempre tienen una excusa para no traer a sus mejores jugadores”.
Pero en la cancha, los dirigidos por Fabien Galthié respondieron con juego, carácter y personalidad. Frente a un poderoso equipo de Nueva Zelanda liderado por figuras como Beauden Barrett, Ardie Savea y Will Jordan, Francia plantó bandera con un equipo joven que no se achicó y estuvo a punto de dar el golpe en Dunedin.
Tras el partido, Mickaël Guillard expresó su frustración y orgullo en diálogo con Canal+:
“Diría que el sentimiento predominante es la frustración. Íbamos 28-27 y tuvimos una última oportunidad a cinco minutos del final en sus 22. Creíamos que podíamos hacerlo, como lo hicimos en Inglaterra. Pero, por sobre todo, estoy orgulloso del grupo. Demostramos que, más allá de quiénes estén en la selección, quienes se pongan esta camiseta la van a defender con todo”.
Además, Guillard no ocultó su enojo por el trato recibido por parte de los medios locales:
“Nos motivaron mucho esos mensajes. No tienen ningún respeto por los 42 jugadores que estamos aquí. Solo recibimos burlas de la prensa neozelandesa. Queríamos demostrar que, aunque no estén todos los mejores, los que vinimos tenemos el nivel. Y lo demostramos en este partido”.
Pese a la derrota, Francia se ganó el respeto en la cancha y dejó en claro que su recambio tiene con qué competir en el más alto nivel. La gira por Oceanía, aún en desarrollo, promete seguir dejando capítulos intensos.
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