Con apenas 31 años y más de 100 partidos internacionales, Hogg sorprendió al mundo del rugby cuando anunció su retiro antes del Mundial de Francia. Lo que en su momento pareció una decisión voluntaria escondía una profunda crisis personal.
En una entrevista reciente, el ex fullback de los Thistles confesó que su principal razón fue intentar rescatar su matrimonio. “Abandoné el rugby para intentar salvar mi matrimonio. Eso fue mi mayor error”, admitió con crudeza.
Poco tiempo después, Hogg enfrentó una denuncia por abuso doméstico presentada por su exesposa, lo que derivó en una condena judicial, trabajos comunitarios y un proceso de rehabilitación. En ese contexto, reconoció haber caído en el alcohol como forma de escape: “No sabía si hacía feliz o triste a la gente, sólo existía”, relató.
Su recuperación comenzó en silencio, primero con un tratamiento especializado y luego con un viaje solidario por Europa en bicicleta. Hoy, Stuart Hogg volvió al rugby como parte del staff del Montpellier, donde dice haber encontrado un nuevo sentido.
“Estoy aprendiendo a ser altruista por mis hijos, mi pareja y mi equipo”, expresó. Aunque vive lejos de sus hijos, asegura que su mayor victoria fue recuperar la paz interior: “Sé que nunca volveré a ser el mismo, pero encontré la paz”.
El ex capitán escocés encara esta nueva etapa con madurez, rodeado del apoyo del club y con la convicción de haber dejado atrás los fantasmas del pasado.