Hace unos días le preguntaron a Gonzalo Quesada sobre los secretos de la transformación de Jaguares. Todavía no se había consumado el histórico triunfo sobre Chiefs que ubicaría a la franquicia argentina, por primera vez en sus cuatro años de existencia, en las semifinales del prestigioso Súper Rugby.
“Hay que poner todo en la balanza. Hubo un laburo muy bueno de Raúl Pérez, Asper, que agarró este proyecto de cero. El rugby argentino tenía que descubrir este nivel profesional, se pagó el derecho de piso y su staff hizo un gran laburo. Eso permitió que se pudiera mejorar mucho”, reconoció el actual entrenador principal del conjunto naranja y negro.
Las estadísticas dan fe de que el equipo de la Unión Argentina de Rugby siempre se fue de menor a mayor. No importa el rubro. La franquicia fue mostrando un progresivo crecimiento desde que aterrizó en el torneo más exigente del mundo. Incluso en lo más importante y visible: los resultados. En su temporada de debut consiguió apenas cuatro victorias en 15 partidos y concluyó 13º, por encima de cinco rivales en la tabla general: Southern Kings y Cheetahs (de Sudáfrica, ambos disueltos), Sunwolves (Japón), Reds y Force (Australia). El balance mejoró en 2017, el último de los dos años de “Aspirina” Pérez: sumó siete triunfos y ocho derrotas, que dejaron 10º a Jaguares.
La llegada de Mario Ledesma provocó el primer salto ostensible: nueve victorias y la misma cantidad de derrotas, un octavo lugar en la tabla y la primera clasificación para los playoffs, que duraron un solo compromiso para los argentinos, por la derrota contra Lions en un cuarto de final, como visitantes. Ya 2019 fue estupendo: 12 victorias y cinco caídas, el primer puesto de la Conferencia Sudafricana, el tercer mejor registro general y la segunda ubicación -por una cuestión normativa- entre los 15 conjuntos, por debajo del bicampeón, Crusaders.
Si se pone el acento en el juego, se ve un cambio radical en el balance ataque-defensa entre el equipo de Quesada y los de sus predecesores. En esta temporada lleva 482 puntos marcados y 368 recibidos en 17 partidos, lo que da una marca favorable de +114, mientras que el saldo de 2018 fue de -26, el de 2017 cerró en +18 y el de 2016 terminó en -51.
La primera conclusión es, entonces, un rugby más ofensivo. Jaguares resultó el segundo equipo más goleador, detrás de Crusaders, y anotó 62 tries, con un promedio de 3,6 por partido. En este rubro se ubica cuarto en el ranking, pero está muy por encima de sus 53 de 2018 (10ª lugar), sus 49 de 2017 (10º) y sus 44 de 2016 (13º). Curiosamente, no hay hay argentinos en el Top 10 de los tryman ni de los goleadores del certamen, lo que deja de manifiesto la rotación exitosa de Quesada en el último tramo de la temporada.
El buen rendimiento se da también, a tono con el ADN argentino, en la defensa. Es el tercer conjunto que menos puntos recibió, por debajo de Crusaders y Sharks, y el segundo al que menos tries (39) le marcaron, siempre debajo de la franquicia neozelandesa. En efectividad de tackles está sexto, con 85,1%, y escaló varias ubicaciones con el correr de las temporadas; en 2016 se situó 15º, con 81,1%, en 2017 subió al 12º lugar, con 82,8%, con el 81,9% de 2018 figuró 13º.
En cuanto a la indisciplina, los argentinos cedieron 177 penales en sus 17 actuaciones, un promedio de 10,4. Son rebasados solamente por Sunwolves, con 187 infracciones. Además, Jaguares se ubica 3º en cantidad de tarjetas amarillas, con 6. La abundancia de infracciones se condice con la agresividad que suelen mostrar los equipos argentinos cuando no tienen la pelota; el objetivo, en este caso, no se trata de ser los más disciplinados posible sino de evitar llegar a los dos dígitos de penales por encuentro.
¿Y cómo la obtención? Son notables las diferencias que se dieron en la efectividad del line-out entre el período de Raúl Pérez y las etapas de Ledesma y Quesada. En aquellas dos primeras temporadas Jaguares registró 84,7 y 85,2% de efectividad, que lo posicionaron 14º y ¡16º!, respectivamente (por aquel tiempo, las franquicias del torneo eran 17). Después, se metió en el podio con 88,2% en 2018 y 91,3% en lo que va de 2019. Parece mínima la diferencia, pero no lo es en este nivel. Más allá de las notorias mejoras que se dieron en el scrum, y más con la incorporación de Andrés Bordoy al staff, esa formación fija sigue siendo el talón de Aquiles del conjunto argentino: está último en eficacia desde hace dos temporadas. Claro que en este dato no se tiene en cuenta las faltas, tanto los que comete como las que recibe el pack argentino.
A diferencia de Sunwolves, la franquicia japonesa que se sumó en el mismo año y que desaparecerá en 2020 porque nunca terminó de asentarse, el recorrido de Jaguares siempre fue ascendente. Se convirtió tan gradualmente en un protagonista importante del Súper Rugby que nadie se dio cuenta. Pero los números lo avalan.
Las cifras
– 482 puntos: lleva marcados Jaguares en sus 17 partidos de la temporada. Es el segundo equipo más productivo en el ataque.
– 10,4 penales: concedidos promedia Jaguares por partido. Es el equipo más indisciplinado, después de Sunwolves.
– 2534 pases: tuvo Jaguares hasta el momento, solo superado por tres equipos: Crusaders, Chiefs y Lions.
Por: Agustín Monguillot
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