El All Black Jordie Barrett disfruta de la seguridad de poder prepararse para una temporada para jugar en el centro de la cancha para los Hurricanes y aplicar las lecciones de la temporada pasada.
Barrett siempre había querido jugar con la camiseta Nº12, pero los entrenadores se habían mostrado reacios a cambiarlo de fullback. Pero las situaciones con los Hurricanes y los All Blacks significaron que surgieron oportunidades, y él las había aprovechado.
El entrenador de la franquicia con sede en Wellington, Jason Holland, le dijo a Barrett que pensaba que encajaba mejor en el centro de la cancha que como fullback.
“Disfruté mi paso como centro el año pasado, y supongo que es una continuación del final de la gira de los All Blacks el año pasado y encajé aquí [la pretemporada de Hurricanes] muy bien así que supongo que eso es bueno por la continuidad”.
Jugar de fullback seguía siendo una opción para los Hurricanes y los All Blacks si era necesario.
“Siempre trato de hacer evolucionar mi juego, y nadie es nunca el producto terminado. Soy muy nuevo en el centro de la cancha a este nivel. Requiere algunos ajustes, especialmente pequeños movimientos y tiempos que son tan diferentes al de 15”.
“Tienes que tener estar atento a todo lo que pasa a tu alrededor de la pelota, fuera de la cola del lineout en cuanto a jugadas con pelota parada, ataque y defensa. [Es] lo mismo con los scrums, así que tienes que estar completamente conectado con aspectos defensivos y atacando en esa zona de transición donde no puedes esconderte del juego”.
“Es emocionante y exactamente por eso me gusta jugar allí porque siempre estás involucrado”.
Barrett dijo que tenía mucho apoyo dentro de los Hurricanes para desarrollar su juego en es rol, con Holland y Tyler Bleyandaal siendo aperturas, mientras que el ex All Black Cory Jane también fue de ayuda.
Barrett dijo que las lecciones que aprendió de la exposición en la posición en el nivel de test match el año pasado no fueron tanto de los momentos más significativos para definir el partido, sino de las pequeñas cosas en las que tenía más control.
“La belleza de 12 es que obtienes tantas oportunidades en un juego que puedes controlar eso, así que he desglosado mucho mi juego durante el verano y, con suerte, puedo sacarlas a la luz este año”.
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