Esa es la opinión de su inspirador capitán, Tomás Appleton, el dentista jugador de rugby que se destacó en Portugal cuando cautivó al público en la Copa del Mundo del año pasado.
Los Wolves no solo jugaron un rugby entretenido en el torneo, sino que también obtuvieron resultados frente a Gales y empatando con Georgia.
En su último partido de la fase de grupos, lograron superar a Fiji en los últimos instantes del encuentro. Fueron los favoritos de la Copa del Mundo gracias a su estilo de rugby atrevido y ofensivo. Eran el segundo equipo favorito de la mayoría de los aficionados debido a su condición de equipo no favorito y al hecho de que era particularmente agradable de ver.
“Es enorme jugar contra dos campeones del mundo”, dijo Appleton, hablando en un inglés casi perfecto. “Es muy importante para nosotros como unión en desarrollo. Para algunos de nosotros, los jugadores, estamos jugando contra muchachos que estamos acostumbrados a ver en la televisión”.
“Ellos son los chicos que influyen en nuestro estilo de juego y en la forma en que queremos jugar”.
“No queremos ponerlos en un pedestal, porque somos conscientes de que queremos mostrarle al mundo que nos tomamos esto muy en serio”.
“Y queremos sorprender al mundo cada vez que entramos al campo”.
“Queremos sorprender al mundo. Por supuesto, no digo que los venceremos”, dijo Appleton con seriedad.
La victoria sobre Fiji se ha mencionado en innumerables ocasiones en la preparación para este partido único de esta semana. No por parte de los portugueses, sino por todos los Springboks, incluido el entrenador Rassie Erasmus, durante todas las conferencias de prensa de esta semana.
“Fue la mejor sensación del mundo ganarle a Fiji”.
“Nadie lo esperaba. Fiji había vencido a Australia y Fiji casi se clasifica para los cuartos de final de la Copa del Mundo. Ganamos en el último minuto del partido”.
“Éramos los menos favorecidos en todos los partidos y cuando Gales tuvo dificultades para conseguir el punto bonus contra nosotros, creo que la gente empezó a entender que podíamos competir, aunque fuéramos el último equipo en clasificarse para la Copa del Mundo”.
“La gente probablemente pensaba que nos ganarían con comodidad en cada partido, pero eso no sucedió. Y el rugby que jugábamos era bastante atractivo. Patrice, nuestro entrenador, nos enseñó el estilo francés”.
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