Si el presente del rugby argentino pudiera verse en perspectiva y se tomara como muestra un lapso que abarcara los últimos quince años de este deporte, se podría advertir un cabal crecimiento y una perspectiva hacia delante muy alentadora.
Dos Mundiales (Gales ´99 y Francia ´07) en los cuales Los Pumas descollaron -en el último con medalla de bronce-, victorias trascendentales ante las potencias y la creación del primer seleccionado rentado (Pampas XV), que participa en una competencia profesional como la Vodacom Cup son cuestiones que reflejan tal apreciación y la refuerzan.
Es decir, que si se emplea una mirada global se da cuenta de que al rugby argentino se le augura un auspicioso futuro por delante. Más si se tiene en suma que en 2012 formará parte del Cuatro Naciones, junto con Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, torneo más competitivo del mundo.
Sin embargo, al hacer foco en las cuestiones más domésticas y cotidianas salen a la vista situaciones que ponen en jaque -seriamente- el venturoso camino que ilusiona al rugby argentino. Vetustas y acartonadas rencillas están a punto de provocar una escisión en su seno que podría desencadenar en una tragedia si el consenso y el equilibrio no priman en las decisiones.
A pocos días del reinicio de una nueva temporada del torneo de la URBA aún pesa una prohibición sobre los jugadores que están afectados al Plan de Alto Rendimiento de la UAR. De mantenerse la misma (el viernes habrá una Asamblea Extraordinaria para tratar este tema), un nutrido grupo de jugadores baraja la posibilidad de no presentarse a jugar, amén de los que integran el seleccionado Pampas XV, que ya dejaron escrita su negativa a renunciar a las becas que reciben por ser parte del PladAR.
Reconocido como uno de los personajes más experimentados y con pergaminos que lo avalan, el ex entrenador de Los Pumas Marcelo Loffreda (consiguió el tercer puesto en Francia 2007) dejó en claro su postura favorable a la aceptación de aquellos en la competencia y bogó por una solución pacífica “madura y consensuada” de la efervescente situación que se vive por estas horas en Buenos Aires.
“Creo que este es un momento trascendente. Todos pedimos por una competencia internacional para Los Pumas y no la tuvimos hasta después del papel del seleccionado en Francia 2007, la dedicación de los dirigentes y, en especial, de Agustín Pichot. Así se pudo incluir a la Argentina en el Cuatro Naciones” dijo, en un comienzo, el Tano en una charla con Scrum.
Y en relación al conflicto interno de la URBA, agregó que “estamos invitados a la cima del rugby internacional pero seguimos mezclados en discusiones internas que no le hacen bien al rugby nacional. No podemos afrontar el desafío que tenemos por delante. Es una mediocridad, bajeza o poca visión de futuro que tenemos todos los que estamos involucrados en el rugby a nivel nacional”.
Por eso mismo, Loffreda señaló que “¿por qué no dejar de lado rencillas, intereses, cuestiones particulares o filosóficas y tratar de atacar el meollo pero de una manera civilizada, madura y que tenga una salida donde se note el consenso? Sobre todo con los antecedentes que tiene el rugby argentino”, y recordó con tono serio.
Así fue que detalló que la palabra que provocó el problema es “´contrato´. “¿Si se hubiera seguido manteniendo la palabra ´viáticos´ se hubiera hecho la vista gorda sobre eso?” se preguntó mientras dijo: “El régimen especial a los jugadores existe hace más de diez años y se podría adaptar. Lamentablemente siempre nos vamos a los extremos, queremos ser más papistas que el Papa. Todo el rugby nacional está de acuerdo, salvo Buenos Aires. ¡Pero por favor! Sentémonos a conversar con grandeza y resolvamos estas cuestiones”.
Si no se llegara a un acuerdo, Loffreda imagina el peor escenario para el futuro. “Al final, después vienen las consecuencias. Va a ser durísimo y dejará heridas en ambas partes. Acordáte lo que pasó en 1977 donde hubo posiciones extremas en la Unión Argentina de Rugby y por parte de los jugadores. Terminó con cinco años donde había jugadores que estaban proscriptos para poder jugar en el seleccionado argentino”, advirtió el hombre del SIC.
De allí que “sería realmente de enorme auspicio, sentido común y amplitud mental que se sienten los dirigentes para ver cual es la salida consensuada”. En ese sentido, afirmó que “el rugby argentino enfrenta un desafío que es único en la historia. Esto se podría asimilar, por supuesto tendiendo en cuenta las distintas épocas, a lo que nos ocurrió con Los Pumas del ’65 cuando viajaron a Sudáfrica. Ahí se nos abrió el panorama mundial. Y después de mucho tiempo, prácticamente 45 años, la Argentina está nuevamente en el tapete internacional y es invitado al Four Nations. Y no podemos ir a hacer papelones. Pero eso es, de alguna manera, lo que está ocurriendo. Y esto no significa, de ninguna manera, que el rugby no siga siendo amateur”.
En adelante, estableció una serie de puntos que reflejan su parecer. Con esta prohibición “se coarta la posibilidad de los jugadores de Buenos Aires a jugar en el seleccionado nacional, salvo que renuncien a su club. Es una contradicción absoluta. Hagamos una encuesta con los jugadores a ver qué piensan”, pidió el ex Director de Alto Rendimiento de la UAR.
Por otro lado, dejó abierta una incógnita al señalar que “no si es ‘legal’ que la URBA pueda anteponer una posición que la UAR ya ha aceptado. Porque hay un par de artículos (3° y 4°) en el que se aclara que la UAR es la que tiene que disponer cuando un jugador es profesional o amateur. Entonces, eso va en contra de los Estatutos de la Unión Argentina de Rugby y la URBA debería reflejar la posición de la UAR”.
En ese sentido, también “está el tema del control del juego. La URBA está poniendo en riesgo el control del juego desde todo punto de vista, inclusive desde lo institucional. Acá los jugadores pueden reaccionar de cualquier forma. La chance de que no arranque el torneo podría atraer consecuencias terribles para el corto y mediano plazo”, resaltó Loffreda.
“Lejos de contaminar -apuntó – como el presidente de Regatas (Fernando Ibarrola) dijo infeliz o desafortunadamente al calificar a los jugadores del Pladar que están en sus clubes, dan el ejemplo. Porque hacen un enorme esfuerzo para poder estar en el PladAR, para poder seguir con sus actividades y para los juveniles poder estudiar (obligatorio). De alguna forma mostró un pensamiento que es erróneo y totalmente nefasto porque le hace mal al rugby argentino”.
En relación a la Asamblea Extraordinaria que se realizará este viernes, a dos días del inicio del torneo, Loffreda no dudó en sostener que “ha sido otro error consecutivo de parte de la dirigencia de la URBA poner una reunión el viernes previo al fin de semana de inicio del campeonato. ¿Por qué no lo hicieron dos o tres semanas antes? Eso hubiera hablado de una mejor predisposición para tratar este tema. Pero no”, se lamentó el Tano. “Es una falta de buena predisposición y una lástima volver a una situación de enfrentamiento cuando todos tendríamos que estar unidos hacia un mismo objetivo”, concluyó.
Sin embargo, a pesar de las circunstancias, los ánimos caldeados y el inminente choque de intereses, Loffreda confía en que “va arrancar el torneo. En algún momento podrá surgir una iluminación de la gente para que tengan un poco más de sentido común. Espero que todo el mundo piense con grandeza y pueda solucionarse”.
Por Román Iglesias Brickles
Scrum.com
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