Estos Pumas 2012 tienen una unidad de cuerpo y espíritu que no se veía hacía tiempo. En la democracia que se practica está el éxito, dice Frankie Deges, en el análisis del partido con los All Blacks, desde Wellington.
Nadie lo quiere decir. “Son equipos y momentos distintos,” se excusa Juani Hernández, hoy uno de los líderes de este equipo argentino que está maduro, íntegro, listo.
El partido contra Nueva Zelanda en el Westpac Stadium terminó y la emoción que contagian estos jugadores en el tackle y hasta animándose de a poco a jugar llena de orgullo a los que los vimos acá, o los que se animaron a despertarse –o seguir de marcha – a las 4.30 am para ver a un equipo que entrega todo.
Eso de la entrega es parte del discurso habitual de Los Pumas y no debería ser parte de la ecuación porque se descarta que cualquiera que nos representa a todos va a dejar la vida en la cancha. La forma en que se entregan no deja de ser emocionante y si contagia a la tribuna, imaginen al compañero de al lado.
Estos Pumas 2012 parecen hermanados como tal vez hacía tiempo no lo estaban. Miro para atrás desde que cubro al seleccionado –me acredité para un partido del seleccionado en la serie del ’87 contra Australia– y tengo la sensación que éste equipo está muy sólido en ese aspecto.
Desgranar cada una de las épocas de Los Pumas en los últimos 25 años no aporta a lo que quiero contar; mencionarlo permite marcar la diferencia del caso.
Nunca antes nuestro seleccionado enfrentó algo tan duro como el Rugby Championship. Verlo hablar a Juan Martín Fernández Lobbe en la conferencia de prensa era ver a un jugador al que le dolía hasta el pelo. Unos minutos antes, Richie McCaw – un clavadista que debería ser olímpico, como se tira de cabeza ese muchacho en cada formación – parecía estar para jugar un tiempo más si se lo pidieran.
“Esto es muy, muy duro. Pero lo estamos disfrutando muchísimo. Es mucho el esfuerzo del equipo, del cuerpo técnico, de la Unión,” explicaba el Corcho.
En varias charlas en las últimas semanas siempre decía: “Estamos muy bien como grupo. Cada uno aporta lo mejor para el grupo y todos tiene la capacidad de hablar si es para mejorar.”
Su liderazgo es positivo. Tiene dos lugartenientes claves en Pato Albacete, el gigante en todo sentido, y Juani Hernández, que para mí ya está en el nivel que supo estar. Rorro Roncero seguro aporta desde su lugar de veteranísimo de este grupo, lo mismo Juan Leguizamón.
Tengo la sensación después de haber cubierto los cuatro años de Tati Phelan que el ex ala de Los Pumas está finalmente cómodo con el rol de Head Coach. Él no lo dirá, pero habiéndose sacado la mochila del Mundial y las dificultades varias que tuvo en su primer período al mando ya son cosas del pasado. Se lo ve más aplomado, más seguro, mejor entrenador.
“Deberían ver como estamos como grupo, como estamos en el vestuario, la confianza que tenemos de que salimos aganar,” agrega Hernández, sin extender una invitación. Eso se nota cuando salen a jugar.
Falta ser más eficientes en el ataque, jugar más cerca del ingoal rival y someterlos un poco más antes de buscar espacios. Sentado en un cómodo sillón es muy fácil escribir esto. Cuando se tiene a los All Blacks, a los Springboks y cuando se tenga a los Wallabies enfrente la semana próxima no es sencillo. Ni cerca.
Pero, las ambiciones de este grupo son las de ganar, de salir a buscar el partido y es necesario sumar de a cinco donde se pueda. No tener un pateador confiable le quita claridad al planteo. Le quita la oportunidad de convertir las pocas chances en puntos y eso termina siendo un problema.
Hernández todavía no está 100% recuperado de su ingle y por eso no pateó. Martín Rodríguez no es eficiente en sus kicks a los palos – encima su lenguaje corporal a veces marca que no pareciera importarle… un gesto de bronca ayudaría a acompañar la bronca de los que sufrimos, seguramente como él, sus yerros.
El equipo ya está en la Gold Coast. Piensen en Punta del Este en septiembre, con un clima más cálido. El lugar es lindo y tiene playas bonitas que a partir de las tres de la tarde se llenan de sombras por los enormes edificios que se alinean en su costa. Yo les sugeriría que mañana, después de la recuperación, o el miércoles que tienen día libre, vayan a Byron Bay, un pueblo surfer con mucha onda. La realidad es que tan enfocados están que los días libres los usan para descansar.
Se viene el cuarto partido de la serie y es difícil saber qué nivel de agotamiento tienen los jugadores. En Wellington los que se acercaron a hablar con la prensa hablaron de un agotamiento importante. Entonces, estos días serán para recuperarse, no hay mucho que se pueda cambiar.
En el descanso y en la unidad del equipo, esa que siente como nunca antes, es que está la fortaleza de unos Pumas que emocionan y que cada vez están más cerca de su primer triunfo en el Rugby Championship.
Por: Frankie Deges, en Wellington
Fuente: Mundial XV
El capitán del equipo, Julián Montoya, se mostró autocrítico sobre algunas cuestiones del encuentro, pero a la vez rescató los aspectos positivos de Los Pumas, tanto en el...
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