El capitán de los All Blacks, Scott Barrett, y sus compañeros tal vez tengan que apretar educadamente los dientes y permanecer en silencio si los entusiastas poseedores de entradas para el partido en San Diego se atreven a preguntar cuántos tries esperan anotar contra Fiji.
Si bien los encargados de promocionar el partido en la costa oeste de los Estados Unidos pueden querer promover a los All Blacks como capaces de hacer que los ojos de los fanáticos se salgan de sus órbitas, tal es su reputación de entretener que los jugadores no pueden darse el lujo de desconcentración que los lleve a un desempeño descuidado o, peor aún, a la vergüenza.
Es posible que el entrenador de los All Blacks, Scott Robertson, ya haya emitido una advertencia a su equipo, apenas horas después de la victoria por 24-17 sobre Inglaterra en Eden Park en Auckland el fin de semana pasado, para sellar una victoria en la serie por 2-0.
Robertson no ignorará el hecho de que los aficionados que pagan su entrada en Estados Unidos, muchos de los cuales pueden tener solo una idea superficial de los fundamentos de este deporte, quieren ver por qué los atletas del famoso equipo de Nueva Zelanda son elogiados por sus habilidades en el rugby durante el partido del sábado por la tarde (NZT).
El récord de los All Blacks contra Fiji, han ganado los siete tests entre ambos seleccionados desde 1987, garantiza que comenzarán el partido en el SnapDragon Stadium como los grandes favoritos.
Eso no será una excusa; eso comenzará por involucrar e intentar dominar a los forwards fijianos.
“Aprendimos algunas lecciones”, dijo Robertson después de que Inglaterra presionara a los All Blacks en Eden Park. Tuvimos suerte de haber ganado y aprendido, no de haber perdido y aprendido”.
El entrenador de Fiji, Mick Byrne, como todos los que vieron las recientes test en Auckland y Dunedin, seguramente no pudo evitar quedar impresionado por el poder del scrum de los All Blacks, pero también habrá notado cómo Maro Itoje y sus compañeros interrumpieron su lineout.
Dado que Inglaterra logró jugarle de igual a igual a los All Blacks en Nueva Zelanda, Robertson esperará que el árbitro inglés Matthew Carley tenga el coraje de exigir que todos lleguen a las jugadas sobre todos en los puntos de contacto más rápidamente, lo que pueden mantener las pausas por lesiones al mínimo.
“Queríamos jugar rápido”, dijo Robertson después del segundo test. “Queríamos llegar al lugar y hacer esos line-outs. Muchos de esos line-outs fueron lentos, o el scrum se hizo más lento. Les hicimos saber a los árbitros y a World Rugby que queríamos que el juego siguiera adelante”.
Los mensajes no habrán sido ignorados, pero es evidente que no tuvieron el efecto deseado. Robertson espera que Carley sea más proactiva, al igual que NZ Rugby y Silver Lake, la empresa de capital privado que tiene una participación en su división comercial.
Ambas partes esperan que los All Blacks consigan una victoria, además de generar gratos recuerdos para los aficionados, ansiosos por ver por qué este equipo es considerado una de las marcas más importantes del deporte. Querrán acción, no que los confunda el tipo con el silbato o la imagen de jugadores deambulando mientras se agota el tiempo.
“Somos un deporte de entretenimiento y queremos conservar esos momentos, pero también tienen esos elementos de seguridad”, señaló Robertson. “Así que es un equilibrio delicado”.
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