Dice el dicho popular cordobés: “Hay que pegarles dos veces, una para que hablen y otra para que se callen”.Aunque en sentido figurado, eso es lo que ocurrió recientemente en el rugby inglés.
Comentamos en la primera parte de ésta nota que a partir de aquella pelea por borrachera ocurrida en el pub londinense Pitcher & Piano, información de catastróficas consecuencias saldría a la luz a partir de dicho incidente. Dicha reyerta tuvo lugar entre algunos integrantes de los planteles del Bath RC y de los Harlequins por haber ingerido demasiado alcohol algunos y cocaína otros. El resultado de aquella noche fue que 5 jugadores del Bath RC resultaran suspendidos por 9 meses de todo torneo de rugby.
Por el lado de los “Quins”, a partir de ese entonces comenzarían a cobrar fuerza los rumores de la trampa del falso sangrado.
Posteriores investigaciones al respecto del sangrado “trucho”, llevaría al winger Tom Williams a confesar todo lo ocurrido durante el partido de cuartos de final disputado entre los Harlequins y el Leinster por la Heineken Cup de la temporada pasada. Sin embargo, más que una confesión, lo de Tom Williams fue en realidad una denuncia. El winger de los Harleqins se desmoralizó con su club al enterarse que la RFU lo había suspendido sólo a él por nueve meses y ninguna otra sanción cayó sobre el coach y sobre la dirigencia del club.
Sucedió que ese día durante el encuentro Harlequins-Leinster, Tom Williams usó una ampolla de sangre cosmética durante el partido para engañar al árbitro y generar así un cambió por lesión porque estaban ya agotados los 3 cambios tácticos reglamentarios.
Lo que enfureció a Tom Williams es que no fue su propia decisión de generar un cambio ilegal de jugadores. Lo acontecido fue por expresa orden de Dean Richards; el ex policía y tiránico coach de los Harlequins. Esa tarde los Harlequins perdían 6-5 y Dean Richards quiso volver a meter al campo de juego al pateador Nick Evans, quien había sido substituido, para en los últimos 5 minutos intentar meter un drop-goal que ganase el partido.
Así fue que desde el banco de suplentes y auxiliares le fue suministrada la ampolla de “sangre” y la orden de morderla y general el cambio.
Ya contamos que habían cobrado fuerza los rumores del uso y abuso de sangre cosmética por parte de los Harlequins.
De esa manera durante el partido Harlequins-Leinster, el Pitch Officer(comisario deportivo)ordenó que se examinara la supuesta lesión de Tom Williams y así el pánico corrió entre el plantel técnico y médico de los Harlequins.
Motivados entonces por el pánico al chequeo médico oficial, fue que Wendy Chapman, la médica del equipo; con un bisturí le realizó un corte en la comisura labial a Tom Williams para así fraguar la revisisación médica ordenada.
Para hacer el corte, la doctora Wendy Chapman tuvo la cómplice asistencia de Steph Brennan, la kinesióloga del equipo, quien ya renunció como fisioterapeuta del equipo.
Si bien aún no definido, se sabe ya que el General Medical Council del Reino Unido va a suspenderle la matrícula médica por un determinado tiempo a la doctora Wendy Chapman por haber colaborado en semejante estafa deportiva.
Vemos entonces como la investigación del falso sangrado tuvo un efecto “bola de nieve” que alcanzó hasta los niveles de la comisión directiva del Harlequins y se supo que llevaban en realidad ya 4 años haciendo trampa con las cápsulas de sangre.
Lo dicho entonces al comienzo de la nota: “Hay que pegarles dos veces, una para que hablen y otra para que se callen”; esa es la manera en que la unión de rugby de Inglaterra, la RFU, vivió la situación ya que iba a haber suficientes motivos como para tener que suspender a los Harlequins por al menos una temporada completa y eso es algo que nadie quiere ni en Inglaterra ni en la Heineken Cup, ya que la salida del circuito de un equipo top significaría pérdidas millonarias para todos los clubes, tanto de la Guiness Premiership como de la Heineken Cup.
Con dicho cuadro de situación fue que la RFU no tuvo reparos en desentenderse del tema para dejarlo en manos de una comisión europea de disciplina que juzgara el caso (ERC= European Rugby Cup).
Se trató de un partido de la Heineken Cup contra el Leinster de Irlanda y por lo tanto para criterio de la RFU, ese fue un partido de trascendencia europea y no solo inglesa.
Finalmente, la justicia de rugby europeo no tiene competencia sobre lo estrictamente inglés y entonces se limitó a juzgar solamente lo ocurrido durante el partido Harlequins-Leinster, absolviendo de todo cargo al winger Tom Williams y centrando todas las culpas y condena en el coach Dean Richards, quien ha sido suspendido de toda actividad rugbística en Europa por 3 años.
Los Harlequins como institución deportiva fueron multados por £259.000 Libras Esterlinas, pero no fueron expulsados de la Heineken Cup como muchos del público lo pedían.
Por Conrado Schwab
Corresponsal en Inglaterra para CordobaXV.com.ar
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