En una nueva fecha del rugby del Oeste, Los Tordos venció en forma clara a Banco por 36 a 20 pero no dejo una buena impresión.
La imagen no es todo, dice el slogan publicitario… Menos mal. Es que más allá de la clara victoria de Los Tordos de ayer, frente a Banco, por 36 a 20 (5-1), a simple vista fueron los derrotados los que dejaron una mejor impresión en el carril Urquiza.
El tetracampeón fue mucho más que su rival, desde el comienzo. En media hora de juego, Tordos ya había marcado los cuatro tries necesarios para sellar una victoria que -a esa altura- parecía no correr ningún tipo de riesgo, y encima se aseguraba el bonus de punto extra.
Argumentos: buena obtención, dinámica cuando le dieron espacios, y un Bär que abrió el camino por el centro, que por cierto hizo agua.
Del otro lado, Banco abusó del uso del kick y falló en la firmeza de los tackles, demasiada ventaja ante un equipo como Tordos.
Sin embargo, los locales cometieron una infinidad de penales (16 en total, frente a los 5 de la visita), y estuvieron con 14 jugadores dos veces.
Hubo tries para todos los gustos, pero el de Lizarraga y Bär, con un toque distintivo por respectivas jugadas personales.
El parcial 24 a 0 para Tordos, confundió un poco. Es que apenas se reanudó el juego, fue Banco el que tomó la iniciativa. Pellegrina descontó, pero Los Tordos contestó por medio de Javier Genoud (otro que anduvo bien).
Banco no arrugó su levantada, y metió a Gil Posleman en el ingoal, aprovechando los penales de Los Tordos, y tirando la pelota afuera con salteos.
Los Pájaros se hicieron oír con otro try, el segundo de Bär, pero en los últimos 5, los bancarios se convencieron de dejar todo en la cancha, y con Lea Pérez como abanderado de la ofensiva, el Pumita, marcó dos tries más, que decretaron el resultado final. A veces ganar no es sinónimo de felicidad y viceversa.
Fuente: Diario Los Andes
Foto: Diario Los Andes