“No me siento un líder; mis compañeros depositan en mí tanta confianza como yo en ellos”, sostuvo en Manchester la nueva cara mundial de los Pumas; “La transición es larga”, advirtió
MANCHESTER, Inglaterra.- Está suave el sol, limpio el aire y sin nubes el cielo. El día es cálido y el atardecer, casi eterno, cae al rayar las 21.30. La prolongada luz natural cambió los hábitos de aquéllos que asocian a Inglaterra con un país condenado a esa niebla espesa que enmascara todo. El verano británico, hasta el momento, es caluroso y sin lluvias, con las temperaturas primaverales propias de la Argentina y el entusiasmo de una población que mantiene el deseo ?imposible? de petrificar la atmósfera.
El buen clima de la ciudad se unifica con el gozoso reencuentro del plantel argentino para jugar después de 194 días. La sensación es aún más agradable para Juan Martín Hernández, que apenas completó dos partidos durante la era de Santiago Phelan, a causa de lesiones y obligaciones con su club, Stade Français. “Siempre me complace y es una motivación estar en los Pumas. Juego afuera para estar en el seleccionado. Cada junio y cada noviembre [meses habituales de test-matches para el seleccionado] son especiales porque acá tengo muy buenos amigos. Sumarme ahora a los Pumas me cambió el estado de ánimo, después de perder una semifinal de Francia”, cuenta Juani, en referencia a la caída por 25-21 de Stade frente a Perpignan, el sábado pasado.
Ausente Felipe Contepomi ?lesionado? y retirado Agustín Pichot, Hernández se ha convertido en la cara mundial de los Pumas. Es el argentino mejor pago del Top 14 francés (percibiría poco más de 400.000 euros por temporada) y el apertura con el que sueña una infinidad de clubes europeos. En su momento, fue el anhelo desesperado de Leicester, pero ahora la lista de interesados es más extensa. Será difícil que abandone París. Su estampa de crack lo llevó a ser una marca registrada de los Pumas, con índices de popularidad disparados por su virtuosismo y su capacidad de hacer fácil con la pelota lo difícil. El se sonroja con timidez ante los elogios y se refugia en el silencio. Da la impresión de que prefiere subirse al severo ring de las críticas que al de las loas. Juan es un hombre de pocas palabras. Un genio del rugby que reserva toda su expresividad para el campo de juego.
La inevitable metamorfosis que atraviesan los Pumas ubicó a Hernández y a la generación conocida como “La 23” al frente del recambio. Son un grupo de jugadores de unos 26 años que heredaron el legado que dejaron los Pichot, los Longo… “La transición es inevitable y lleva su tiempo, es larga. Lo importante es que tomamos el compromiso, todos. Ahora, en estos partidos, más allá del resultado, queremos plasmar lo planteado en los entrenamientos, mejorar como equipo”, se desafía el Nº 10.
Presentar a Hernández como líder es algo que él mismo desecha. Sin embargo, sus palabras edulcoran esa imagen de referente que se vislumbra en la cancha. “Somos un grupo y no me siento un líder. Mis compañeros depositan en mí tanta confianza como yo en ellos”, responde, en su frase más contundente.
Hernández desconoce en detalle las trayectorias y el nivel de muchos jugadores que recién se incorporaron en el seleccionado, pero destaca “las destrezas de pases” y “la preparación física” de algunos de ellos. “Me habría gustado, cuando yo jugaba en la Argentina, tener tanto tiempo para entrenarme”, dice, en un claro mensaje de elogio al plan de Alto Rendimiento que instrumenta la UAR para los jugadores que se desempeñan en el rugby local. Y pondera con nombre propio a Gonzalo Camacho y Santiago Fernández: “Además de estar bien físicamente, tienen muy buena técnica. A Santi le tocó un debut complicado [como titular, en el 3-17 contra Irlanda en Croke Park, el 22 de noviembre último] y anduvo bien”.
El regreso de Hernández a los Pumas se advierte como una música esperada. Es un jugador brillante, de carácter, con el horizonte como límite. Es el jugador que entusiasma al seleccionado, que está preparado tanto para el rugby de pico y pala como para el juego filarmónico, el que más le gusta.
16 de los 27 partidos son los que jugó Juan Martín Hernández para Stade Français en la última temporada. Marcó 79 puntos y alcanzó una semifinal del Top 14, el torneo local. Su último juego en los Pumas fue el 15 de noviembre pasado, el del triunfo por 22-14 sobre Italia.
Por Nicolás Balinotti
Enviado especial (Diario La Nación.com.ar)
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