Bob Dwyer, el entrenador que logró el primer título de Australia en la RWC 1991, cuenta por qué a ambos entrenadores los unen más cuestiones de las que los separan.
Dos personajes que están permanentemente en las marquesinas de las últimas RWC se verán las caras liderando a sus equipos en lo que puede llegar a ser un encuentro épico por los cuartos de final.
Ambos tienen mucho talento a la hora de declarar y de preparar sus partidos, por lo que esta semana ha sido muy movida para los medios de comunicación en materia de declaraciones de uno y otro lado.
Algunos hablaron de una suerte de magnetismo positivo hacia Inglaterra emanados por los “dioses del tifón” a lo que cuando Cheika fue consultado para dar una opinión del rival comandado por Jones respondió: “Amigo, realmente no tengo una”.
Al ser consultado sobre la racha negativa de seis derrotas al hilo en el mano a mano con Jones entre Inglaterra y Australia, el entrenador de los Wallabies consideró que los resultados del pasado “son irrelevantes” y agregó que “mirar para atrás sólo te producirá dolor de cuello”.
Ambos están parados en un camino llamado obsesión, pero hay otras rutas que los unen. Los dos perdieron una final de RWC (Jones en el 2003 y Cheika en el 2015), por lo que buscarán tomarse revancha de aquellas frustraciones en lo que promete ser un partido único en el Oita Stadium.
Bob Dwyer, entrenador que lideró a los Wallabies a la conquista de su primer título en la RWC 1991, es una de las pocas voces autorizadas para hablar de los dotes de ambos ya que también los dirigió en el club de Sidney.
El actual presidente de Randwick destacó la evolución y el desarrollo de Jones y Cheika en su rol de entrenadores, mientras se lamentó por el fallecimiento de Jeffrey Sayle hace dos semanas, quien tuvo una influencia enorme para la carrera de ambos.
Los lazos que unen a Jones y Cheika quedaron en plena evidencia cuando Dwyer habló de lo que significaba la pérdida de Sayle.
En el funeral realizado en una iglesia en Sidney, expresó que quería asegurarse de ver a su amigo con una sonrisa porque es una señal de que el rugby se inventó para divertirse.
“Entrené a Jeffrey, Eddie y Cheik en el club. Estaba convencido de que Jones iba a ser entrenador porque tenía mucha experiencia, mientras que Cheika recién comenzaba a aparecer en escena como jugador”, manifestó Dwyer.
“Los puntos en común más fuertes que atraviesan a Jeffrey Sayle y la manera de entrenar de Eddie y Cheik está basado en que disfrutan realmente lo que están haciendo”, resaltó.
No obstante, a pesar seguir atentamente las carreras de Jones y Cheika, Dwyer estará apoyando solamente a un equipo el sábado. “Mis esperanzas están puestas al 100% en Australia. Eddie me cae bien, lo admiro y estaré disponible para hablar con él cuando así lo él desee”, avisó. “Sin embargo, yo fui consultado acerca de la posibilidad de entrenar a otro equipo nacional a lo cual desistí porque no hubiese podido enfrentarme con Australia”.
“Nada me permitiría ir en contra de Australia”.
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