El ex apertura del Jockey de Rosario y el seleccionado del Ñandú, Alberto Di Bernardo, también con paso por el rugby europeo en donde representó a Italia, Treviso en Celtic League, Leeds Carnegie en Premiership Rugby y para Bourgoin en el Top 14, se refirió a lo que fue la experiencia vivida en el viejo continente.
“Cuando dejé Rosario a los 24 años para ir a jugar a Italia, fue justo después de que Inglaterra ganara el Mundial. Al ser un medio elevado, Jonny Wilkinson era un ídolo mío, así que después tener la oportunidad de jugar contra él en la Premiership con Leeds fue increíble”.
“Recuerdo haber estado con él en la cancha antes del partido mientras practicaba tiros a los palos. Se suponía que yo también debía estar pasando por mis rutinas previas al partido, pero estaba tan asombrado que me quedé allí y lo miré. Le ganamos a Newcastle ese día y me enseñó una lección: concentrarme en mi propia actuación en lugar de preocuparme por contra quién estábamos jugando. Lo único que lamento es que fui demasiado tímido para hablar con él después”.
“Antes de Leeds, tuve una experiencia realmente agradable, una de las mejores de mi vida, en Cornish Pirates. Siempre estaré agradecido con Dicky Evans por ficharme de L’Aquila. Fue una curva de aprendizaje empinada para mí, ya que creo que era el único argentino en todo Cornwall. ¡Aprender inglés con acento de Cornualles no fue tan fácil! Sin embargo, una cosa que aprendí de inmediato fue el pastel de Cornualles. Los ame; eran incluso mejores que las empanadas argentinas”.
“Teníamos un equipo increíble y cuatro o cinco de nosotros entramos en el Championship Dream Team de 2006/07. Todavía soy amigo de ex compañeros de equipo como Tim Cowley, Vili Masi, Alan Paver y Gavin Cattle, así como de personas como Anita George, quien me patrocinó a través del “Logan Rock Inn” en St. Levan”.
“Jugamos en Camborne ese año y hubo un gran ambiente con 4.000 personas viendo los grandes partidos. Jim McKay, el entrenador, fue una gran influencia para mí. Uno de sus mayores lemas era “arriesgarse a no tener éxito”. Usé esa filosofía durante toda mi vida. No teníamos el equipo más grande, pero él nos manejó muy bien y ganamos el Trofeo Nacional EDF y desafiamos por el título de liga”.
“Fue una decisión difícil dejar a los Piratas, pero mi objetivo siempre fue jugar al más alto nivel en Inglaterra después de haber visto los partidos de la Premiership en casa por televisión. Tuve una buena reunión con Lanny (Stuart Lancaster) y sabía que Leeds tenía un buen equipo porque lo habíamos enfrentado tres veces esa temporada. Llegué a Leeds poco después de que se fuera Diego Albanese, una leyenda del club, y recuerdo que en mi primer día la gente me preguntaba si yo era de Argentina como Diego. ‘Era el Maradona de Leeds’, decían”.
“La victoria de Newcastle más tarde esa temporada fue una de las dos únicas que logramos durante todo el año y descendimos. Creo que hice casi 25 apariciones y aprendí mucho, principalmente que los márgenes entre el éxito y el fracaso son tan pequeños en ese nivel que hay que hacer todo lo posible para poder festejar”.
“Dejé Europa para regresar a Argentina en 2014 después de haber hecho tantos amigos en todo el mundo. Estoy muy agradecido con todos los que me ayudaron en mi viaje y puedo decir honestamente que cada camiseta que usé, la usé con orgullo. Siempre fue mi sueño terminar en mi primer club, el Jockey Club de Rosario, y en mi tercer año de regreso ganamos el título por primera vez en 16 años”.
“Actualmente trabajo en la farmacia de nuestra familia y también soy manager de jugadores de Esportif. Leigh Hinton, otra muy buena amiga, me ayudó a conseguirme el trabajo y lo estoy disfrutando mucho; es genial seguir involucrado en el juego”.
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