Uno de cada cinco jugadores profesionales en Inglaterra sufrió una conmoción cerebral durante la temporada 2018-19. Esto es de acuerdo con las últimas cifras médicas publicadas por la Rugby Football Union.
La frecuencia de las conmociones cerebrales, medida por el número de incidentes por cada 1000 horas de tiempo de juego, es la segunda más alta de la historia.
La incidencia de conmoción cerebral más alta registrada fue de 20,9 por 1000 horas en 2016-17.
Las cifras surgen a raíz de que varios exjugadores emprendieron acciones legales contra World Rugby, la RFU y la Wales Rugby Union.
La base de la afirmación hecha en nombre de los nueve casos (el bufete de abogados Rylands Law dijo que estaban hablando con más de 130 jugadores retirados más) es que los órganos rectores del deporte no brindaron protección suficiente contra los riesgos causados por la conmoción cerebral.
Las cifras de la RFU indican que en 2018-19, el 20,4 por ciento de los jugadores sufrió al menos una conmoción cerebral en un partido, un aumento del 16 por ciento en la temporada 2017-18.
El informe analizó 407 partidos y 763 jugadores de 12 clubes de la Premiership.
Por octava temporada consecutiva, la conmoción cerebral fue la lesión más comúnmente reportada en un partido. En total, hubo 166 conmociones cerebrales en partidos y 38 conmociones cerebrales de entrenamiento.
“Mejorar la detección de estas complejas lesiones para asegurar la remoción segura de los jugadores con conmoción cerebral sigue siendo una prioridad, al igual que desarrollar y evaluar estrategias para reducir la incidencia de conmociones cerebrales”, sostuvieron desde el departamento médico de la RFU.
La Rugby Football Union y la Premiership Rugby recomiendan buscar la opinión de un especialista neurológico después de una segunda conmoción cerebral diagnosticada durante un período de 12 meses.