New Zealand Rugby (NZR) tomó la decisión de trasladar los seis equipos del Super Rugby Pacific con sede en Nueva Zelanda a Queenstown para mitigar el riesgo de que el COVID-19 deje de lado a cualquiera de los equipos.
El gerente general de NZR Professional Rugby & Performance, Chris Lendrum, dijo que la medida brindaría la mejor oportunidad de que la temporada inaugural de Super Rugby Pacific comience según lo programado el viernes 18 de febrero.
“Según las regulaciones actuales de COVID-19, solo se necesitaría un caso positivo que ingrese a un entorno de un plantel y así quedarse aislado durante 10 días. El efecto colateral para el resto de la competencia sería el aplazamiento o cancelación de partidos”, dijo Lendrum.
“Al trasladar los equipos a un centro seguro, creemos que tenemos una buena posibilidad de prevenir una infección por COVID-19 o un evento de contacto cercano, lo que dejaría fuera de juego a uno de nuestros equipos durante un período prolongado. Actualmente, el plan es que los equipos se muden a Queenstown a principios de la próxima semana y permanezcan allí durante las primeras tres semanas de la competencia”.
Blues, Hurricanes, Moana Pasifika y Chiefs volarán a Queenstown en vuelos chárter, mientras que Crusaders y Highlanders viajarán en autobús hacia el sur durante el próximo fin de semana.
Los equipos operarán en burbujas separadas con uso exclusivo de las instalaciones de entrenamiento en el área de Queenstown. Los partidos diurnos se jugarán en Queenstown en el Wakatipu Rugby Club, mientras que los equipos viajarán en colectivo hacia y desde Rugby Park en Invercargill para los encuentros nocturnos.
El fixture está programado para jugarse de acuerdo con el sorteo de Super Rugby Pacific anunciado en diciembre pasado con todos los partidos transmitidos en vivo y exclusivos en Sky. Todos los partidos se jugarán sin público en el nivel rojo de la configuración del semáforo.
Los equipos se alojarán en hoteles locales y utilizarán los protocolos COVID-19 implementados con éxito por los All Blacks durante el Tudor Northern Tour del año pasado. Si bien los jugadores y staff de entrenadores podrán realizar algunas actividades al aire libre durante su estadía, permanecerán en las burbujas de su equipo en todo momento y estarán sujetos a pruebas rápidas periódicas de antígenos.
Lendrum enfatizó que la mudanza a Queenstown fue vista como una medida temporal con planes para que los equipos regresen a sus bases y lugares habituales en marzo. El momento de la medida se basa en modelos recientes de tasas de infección probables.
“Estamos comprometidos a traer a los equipos a sus respectivos lugares a principios de marzo, independientemente del panorama de COVID-19″.
“Nos damos cuenta de que hay un sacrificio significativo en dejar atrás a whānau para jugar estos encuentros y estamos agradecidos por la cooperación de nuestros jugadores, la Asociación de Jugadores de Rugby de Nueva Zelanda, Sky y también el Consejo del Distrito de Queenstown Lakes que han acomodado nuestras solicitudes a corto plazo y brindando facilidades para que nuestros equipos entrenen y jueguen en la región”.
Lendrum también dijo que NZR se comprometió a jugar Super Rugby Aupiki y está sopesando las opciones sobre cómo administrar el torneo y cuatro equipos, lo que se anunciará más detalles a su debido tiempo.
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