Argentina (Derrota por 44-6 contra Nueva Zelanda)
“Lejos del nivel que queríamos mostrar”, la frase de Julián Montoya, capitán de Argentina, inmediatamente después de la derrota de su equipo en semifinales de la Rugby World Cup 2023 ante Nueva Zelanda.
Argentina había mostrado mucho ímpetu, con los avances del pilar Thomas Gallo y el ala Marcos Kremer encabezando la lista de acarreos de su equipo, con 15, para empujarlos al territorio de los All Blacks. De hecho, los 151 acarreos de Los Pumas en el Stade de France fueron la mayor cantidad de su campaña en Francia y sugieren que esta dura derrota no fue el resultado de un equipo intimidado por sus oponentes. Hay que recordar que ya habían vencido a Nueva Zelanda en Christchurch el año pasado.
El problema de Argentina fue que a pesar de todo su admirable esfuerzo, no pudieron hacer que su posesión y territorio, ni las fases de juego contaran contra un equipo que ha sumado una defensa tenaz a su estilo en ataque.
El equipo de Michael Cheika ingresó nueve veces a las 22 de Nueva Zelanda, sólo una menos que los tres veces campeones del mundo. Jugaron 42 fases mientras estuvieron allí, pero al final del partido solo habían registrado seis puntos gracias a dos penales de Emiliano Boffelli. Simplemente no pudieron romper la defensa de los All Blacks.
El contraste con los vencedores no podría ser más marcado: los All Blacks fueron siete veces más eficientes con sus ataques, obteniendo 44 puntos en los 10 ingresos a las 22 de Argentina, con Will Jordan corriendo en tres de los siete tries de su equipo.
Si bien las posibilidades de victoria de Argentina habrían dependido de aprovechar sus oportunidades, también habría sido la necesidad de no perder la posesión o fallar un tackle. No pudieron mejorar su juego en ninguna de esas áreas. Hubieron pérdidas de pelota en catorce ocasiones, igualando su promedio del torneo, y si se agregan los 50 tackles fallados, contra los 26 de los All Blacks, la evidencia es aún más marcada.
Todos estos números seguro sean áreas donde Argentina se enfocarán mientras se preparan para su última presentación, donde jugarán frente a Inglaterra por la medalla de bronce, intentando igualar su mejor actuación en una Rugby World Cup.
Inglaterra (Derrota por 16-15 contra Sudáfrica)
Las estadísticas rara vez muestran en detalle lo que se ve en el campo de juego e incluso se puede decir que por lo general cuentan muy poco de la historia. Sin embargo, son esos pequeños detalles los que marcaron la diferencia entre las posibilidades de que Inglaterra ganara y la derrota que terminó dándose, en la semifinal de la Rugby World Cup 2023 con Sudáfrica.
“Claramente, ese fue uno de los factores clave”, dijo el entrenador de Inglaterra, Steve Borthwick, al referirse al scrum en la mañana siguiente al partido durante una oportunidad de prensa brindada a los medios. De hecho, se podría decir que fue ‘el factor clave’, ya que los pilares suplentes de Sudáfrica, Vincent Koch y Ox Nche, que aparecieron con siete minutos de diferencia a principios de la segunda mitad, cambiaron el rumbo en favor de los Springboks.
Steven Kitshoff, quién abandonó el campo para darle paso a su reemplazo, dijo: “Fuimos afortunados con nuestro banco y lo que hizo el ‘escuadrón antibombas’ para ganar esos penales y darnos posesión de territorio para seguir adelante y ganar el partido”.
Inglaterra perdió dos scrums propios (por primera vez desde su primer partido), incluso a la hora de partido cuando aún lideraban el marcador 15-6 y bien adentrados en el territorio contrario. Kyle Sinckler fue penalizado, lo que le permitió a Sudáfrica despejar su zona peligrosa.
Luego, con los Springboks a un tiro de penal, el otro pilar suplente de Inglaterra, Ellis Genge, fue penalizado por caer de rodillas en un ingreso los africanos, lo que le permitió a Handre Pollard poner las cifras que terminarían siendo definitivas.
Hasta ese momento, las estadísticas de ataque que a priori parecen poco halagadoras para Inglaterra (pateando el 93% de la posesión y con el promedio más lento a la hora de sacar las pelotas del ruck, con un promedio de 6,73 segundos) eran parte de un plan de juego, que se estaba ejecutando casi a la perfección.
Pero por primera vez estaban detrás en el marcador y necesitaban un plan B. Si comparamos sus actuaciones en los cuartos de final, tanto Irlanda y Francia en sus respectivos partidos, al menos parecían amenazantes, buscando nuevas formas de ir ganando territorio para hacer puntos al final de sus encuentros, mientras que Inglaterra no lo hizo, apegándose a un libreto que no dio el resultado esperado.
Los ingleses no lograron romper la defensa de los Springboks, convirtiéndose en el único equipo que no logró un solo quiebre de línea en un partido de la RWC 2023 hasta el momento.
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Créditos: UAR