Rassie Erasmus eligió un equipo equilibrado, que combina experiencia y juventud, dejando de lado la posibilidad de una alineación experimental. El objetivo es claro: sumar cinco puntos para fortalecer la candidatura sudafricana al título.
Para lograrlo, Sudáfrica deberá anotar tres tries más que Argentina, controlar la línea de ventaja y dominar los breakdowns, además de imponer su poderío en el scrum.
Entre los regresos más esperados destacan Etzebeth y De Allende, que aportarán liderazgo y presencia física, mientras que jóvenes como Ethan Hooker y Canan Moodie seguirán teniendo protagonismo tras brillar ante los All Blacks en Wellington.
En la conducción, Erasmus vuelve a apostar por la dupla Feinberg-Mngomezulu – De Allende, acompañada por la experiencia de Cobus Reinach. En el banco, figuras como RG Snyman, Kwagga Smith, Manie Libbok y André Esterhuizen ofrecen variantes tácticas para el complemento.
La incógnita está en si Erasmus mantendrá esta alineación para el cierre en Londres o si reintegrará a nombres como Handré Pollard, Jesse Kriel o Grant Williams, según la evolución de sus lesiones.
Lo cierto es que, tras un torneo marcado por la irregularidad de los cuatro equipos, los Boks necesitan confirmar en Durban lo mostrado en su triunfo en Wellington para llegar como favoritos al partido definitorio.
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