Los ex internacionales ingleses Ben Youngs y Dan Cole no dudaron en rendirse ante la supremacía del scrum de Sudáfrica, que volvió a ser un arma letal en el Rugby Championship. Los Springboks conquistaron su segundo título consecutivo tras vencer 29-27 a Argentina en Twickenham, y lo hicieron imponiendo, una vez más, su sello característico: la potencia del pack.
Durante el partido, los campeones del mundo llegaron a empujar a Argentina con un scrum de siete hombres, ya que Canan Moodie estaba en el sin bin y Pieter-Steph du Toit ocupó el lugar del medio scrum. La escena dejó a fanáticos y expertos boquiabiertos.
“Los Springboks, con razón, lo han ganado dos veces seguidas. Son el mejor equipo del torneo. Pero es una locura cuando te enfrentas a ese scrum… ¿hay alguna manera de contrarrestarla?”, expresó Ben Youngs en su podcast For The Love of Rugby.
Por su parte, Dan Cole, quien sufrió la potencia sudafricana tanto en la final del Mundial 2019 como en la semifinal de 2023, destacó la estructura y coordinación del scrum bok: “Las enormes segundas líneas y los tercera línea se involucran duro y se mantienen alineados. Si te quedás arriba, simplemente retrocedés”.
Cole agregó que cuando los rivales intentan evitar el contacto o jugar más rápido, cualquier error de manejo termina siendo fatal: “Con cada golpe, sabés que los estás penalizando y que vas a tener que defender otras 15 fases. Es una presión tanto psicológica como física”.
El dominio de los Springboks en esta faceta fue abrumador: en los seis partidos del torneo, ganaron 19 penalizaciones de scrum, contra 8 de Nueva Zelanda, 2 de Australia y apenas 1 de Argentina. Una estadística que resume por qué su melé sigue siendo la más temida del planeta.