El rugby de alto rendimiento no siempre da segundas oportunidades. Asafo Aumua, uno de los hookers más explosivos de los All Blacks en los últimos años, lo entendió a tiempo. Tras una seguidilla de lesiones y, especialmente, múltiples conmociones cerebrales, el jugador de Hurricanes tomó una decisión clave: frenar, cumplir con los protocolos médicos y pensar más allá del corto plazo.
El jugador de 28 años reveló cómo los golpes en la cabeza condicionaron su presente y lo dejaron fuera de la gira de fin de año de los All Blacks, además de limitar su actividad en la temporada 2025. “Fue frustrante, pero probablemente fue una de las mejores decisiones que tomé”, reconoció.
La carrera de Aumua estuvo marcada por reiterados problemas físicos. A las conmociones cerebrales se le sumaron lesiones en el codo, pie, isquiotibiales, tobillo y rodilla. El punto de quiebre llegó tras su último golpe en la cabeza, cuando los dolores persistieron durante semanas.
“No fue hasta hace aproximadamente un mes que dejé de tener dolores de cabeza. Después de eso, el especialista me dio el alta y recién ahí empecé a pensar en volver”, explicó el hooker.
Esa situación lo llevó a cumplir estrictamente con los protocolos de conmoción cerebral y a bajarse de compromisos importantes, incluida la gira Grand Slam de los All Blacks.
El contraste es fuerte. En 2024, Aumua fue una de las grandes figuras del seleccionado neozelandés, con presencia en los 14 test matches de la temporada. Su actuación ante Irlanda en Dublín, en la victoria 23-13, fue una de las más destacadas de su carrera y marcó su última aparición internacional hasta el momento.
Sin embargo, en 2025 no volvió a vestir la camiseta negra. Apenas disputó ocho partidos con Hurricanes en el Super Rugby Pacific, condicionados por lesiones y recaídas físicas.
Cuando parecía listo para regresar, un nuevo infortunio volvió a frenar su camino. En la antesala de los cuartos de final del Super Rugby Pacific, Aumua sufrió una rotura de isquiotibiales durante un entrenamiento, lo que lo dejó fuera de la serie de tres test entre los All Blacks y Francia en Nueva Zelanda.
Su regreso se dio recién en el NPC con Wellington, pero en un partido ante Auckland, el 31 de agosto, volvió a sufrir un golpe en la cabeza que lo obligó a abandonar el campo.
“El último fue obvio. Me partí el ojo y estaba bastante ido. El resto del día lo tengo borroso y todavía no puedo recordar haber estado presente en esos momentos”, relató.
Tras ese episodio, Aumua mantuvo una conversación determinante con el entrenador jefe de Wellington, Trent Renata, quien lo alentó a priorizar su bienestar. Renata, cercano al fallecido Shane Christie —ex Highlanders y Maori All Blacks, obligado a retirarse por síntomas severos de conmoción cerebral—, fue claro en su mensaje.
“Me dijo que hay más cosas que el rugby. Que si necesitaba tiempo y no quería jugar, no me preocupara, que él me respaldaba”, contó el hooker.
Con ese respaldo, Aumua decidió dar por finalizada su temporada de manera anticipada, resignando también sus chances de ser parte de los All Blacks en la Autumn Nations Series.
Hoy, con el alta médica en la mano, Asafo Aumua ya piensa en el futuro. El objetivo está puesto en regresar en plenitud con Hurricanes en el Super Rugby 2026 y volver a meterse en la consideración del seleccionado que conduce Scott Robertson, donde aparece como una opción firme junto a Codie Taylor y Samisoni Taukei’aho.
Sin embargo, el propio jugador dejó en claro que la prioridad cambió.
“Tengo que cuidarme. Si no me siento al 100%, voy a pensar en lo que es mejor para mi familia y mis hijos”, afirmó.
En tiempos donde el debate sobre las conmociones cerebrales ocupa un lugar central en el rugby mundial, el testimonio de Asafo Aumua expone una realidad cada vez más visible: no siempre seguir jugando es la mejor decisión.
stuff.co.nz







